viernes, 13 de junio de 2025
EVANGELIO DEL VIERNES 13 DE JUNIO. SEMANA 10 DEL TIEMPO ORDINARIO
domingo, 8 de junio de 2025
TIEMPO DE PENTECOSTÉS
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Pentecostés. Chagall |
Jesús deja a sus discípulos un regalo increíble: su aliento, su soplo, su ánimo. No es solo un gesto simbólico; es como si les pasara su propia fuerza interior, ese empuje que da vida y esperanza. Les transmite su Espíritu, su forma de vivir y de mirar el mundo con paz y con valentía.
Ese “aire” que Jesús nos da se nota especialmente en nuestro carácter, en cómo somos por dentro y cómo lo sacamos fuera. Se refleja en nuestro día a día, en cómo respondemos a los problemas, en cómo tratamos a los demás. ¿Nuestro gesto, nuestra cara, transmiten algo del Evangelio? ¿O vamos por la vida con el ceño fruncido, como si todo fuera cuesta arriba?
Y en comunidad, este Espíritu se nota también. Pensando en el don de lenguas, podríamos decir que hoy ese don es saber ponerse en el lugar del otro. No ir por la vida creyendo que somos el centro del mundo, sino aprendiendo a mirar al otro como protagonista, escuchando, acompañando, sirviendo. Ese es el verdadero idioma que habla el Espíritu: el del corazón y el del servicio.
Ser una persona “con espíritu” no va de hacer cosas espectaculares ni de parecer muy espiritual. Va de tener actitudes sencillas pero profundas: saber animar, vivir con paz, mirar con cariño. Eso es lo que hace alguien que ha recibido el soplo de Jesús. Y eso es lo que transforma nuestra vida y la de los que nos rodean.
(Juan 20, 19-23)
EVANGELIO DEL DOMINGO 8 DE JUNIO. DOMINGO DE PENTECOSTÉS.
–«Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
–«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. »
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
–«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. »
Juan 20, 19-23
sábado, 7 de junio de 2025
EVANGELIO DEL SÁBADO 7 DE JUNIO. SEMANA 7 DEL TIEMPO DE PASCUA.
Al verlo, Pedro dice a Jesús:
«Señor, y éste, ¿qué?»
Jesús le contesta:
«Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.»
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?»
Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.
Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo podría contener los libros que habría que escribir.
Juan 21, 20-25
lunes, 2 de junio de 2025
EVANGELIO DEL LUNES 2 DE JUNIO. SEMANA 7ª DEL TIEMPO DE PASCUA
domingo, 1 de junio de 2025
EVANGELIO DEL DOMINGO 1 DE JUNIO. FIESTA DE LA ASCENSIÓN
–Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
Y vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.
Después los sacó hacia Betania, y levantando las manos, los bendijo.
Y mientras los bendecía, se separó de ellos subiendo hacia lo alto.
Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
viernes, 30 de mayo de 2025
EVANGELIO DEL VIERNES 30 DE MAYO. SEMANA 6 DEL TIEMPO DE PASCUA.
Los textos evangélicos están marcados por la cultura y por las concepciones religiosas del momento. Esto lo hemos dicho muchas veces.
La imagen del parto, aparte de una cuestión biológica, en tiempo de los judíos tenía una fuerza cultural tremenda dado el alto índice de mortalidad que había.
Funciona en el texto el esquema típico de muchas religiones: paraíso (estado de "buena ventura") - caída (parto, dolor, desgarro, sufrimiento) - redención (salvación, vida alumbrada, vida nacida).
Al final, la primitiva comunidad cristiana nos está avisando de que el cristianismo como religión, y la fe desde Jesús de Nazaret como estilo de vida, es un continuo "alumbramiento".
Los paraísos no son de este mundo, por tanto, los claro-oscuros, los contrastes, la ambigüedades pertenecen al día a día de nuestro convivir.
En este sentido, es curioso conocer que el origen de la palabra paraíso vendría a significar un lugar "ajardinado" pero "cercado".
Lo propio del parto es "des-cercar", des-proteger, "intemperizar" una nueva vida. Al fin y al cabo eso es vivir.
Trayendo el texto al hoy de nuestra vida creo que sirve adecuadamente para dar sentido a nuestra creencia. Creer no es ahorrarse el esfuerzo y la pasión del alumbramiento diario.
Es necesario tener ideales (paraísos) que a modo de referencias nos permiten vislumbrar el sentido más o menos pleno de lo que hacemos, pero la vida, el alumbramiento cotidiano es un espacio y un tiempo de contrastes.