LA PALABRA
Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿adónde vas?».
Jesús le respondió: «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó: «¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».
Jesús le respondió: «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó: «¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».
(Juan 13, 21-38)
LA EXPERIENCIA
Pedro nos presenta un matiz del discípulo que está muy presente en nuestra vida creyente: la tensión entre nuestros anhelos e ideales, y nuestra realidad.
Nos gustaría ser ejemplares en todo….-“daré mi vida por ti”, pero luego no podemos, no queremos, no sabemos o, simplemente, dejamos de creer en lo que en algún momento, como ideal, nos guio.
Todos tenemos un “tiempo de ángeles” en el que todo es apasionante; y todos tenemos un “tiempo de negación” que incomoda y nos incomoda.
LA CELEBRACIÓN
Te proponemos en este Martes Santo esta Celebración en tu interior:
1. Fíjate en la ropa que llevas puesta. Quizá, por su parte externa es bonita y está cuidada. Intenta verla por su revés, tiene hilos sueltos, costuras no cuidadas del todo. Contémplala por un instante
2. Ahora, mira tu interior. Por fuera, quizá bien; pero detecta tus costuras internas. Cae en la cuenta de tus conflictos no asumidos, y los hilos sueltos no bien resueltos. Esa es tu “historia de negación”. Mírala con misericordia.
3. Y ensaya también con tu familia o con tus amigos esa mirada de misericordia ante los hilos sueltos de cada cual.
LA PLEGARIA
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