LA PALABRA
«¡Viva el hijo de David!». «¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».«¡Viva el Altísimo!».
Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada
«¿Quién es este?».
La gente que venía con él decía
«Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea».
(Mateo 21, 1-11)
LA EXPERIENCIA
La historia del nazareno que narraremos a lo largo de esta semana, ¿sigue generando expectativas en mi manera de vivir?
Aquel Maestro galileo, ¿supone para mí una motivación en el deseo y el anhelo de hacer más humana, fraterna y más plena mi vida?
La celebración de la Semana Santa pasa irremediablemente a través este recorrido personal por el interior de nuestro corazón.
Esa procesión quizás sea la más autentica que podamos vivir a lo largo de esta semana. A ella quedamos convocados.
LA CELEBRACIÓN
Te proponemos en este Domingo de Ramos una Celebración en el interior de tu corazón y por los pasillos de tu casa:
1. Piensa en las personas de tu familia. En ellas, mejor que en ningún sitio, se refleja la experiencia de la vida que Dios nos ha regalado. Da gracias, y piensa si es buena tu acogida de ellas.
2. Date una vuelta por tu casa, mira fotografías de tu familia, y en tu interior, atrévete a decir. ¡Gracias!
3. Si te encuentras con alguien en ese paseo doméstico... sonríe. Es una manera de decir ¡Bendito seas!
LA PLEGARIA
¡Señor y dador de vida,
que en Jesús nos has mostrado una manera de vivir,
queremos acoger tu Palabra y tu Vida.
Danos el Aliento del Espíritu,
para ser hombres y mujeres que aclaman, anuncian
y transparentan tu humanidad.
Ante Ti,
que vives y amas,
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