LA PALABRA
...Y Judas Iscariote les dijo - «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?» Ellos se ajustaron con él en treinta monedas...
Mientras comían dijo Jesús: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar». Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: - «¿Soy yo acaso, Maestro?» Él respondió: - «Tú lo has dicho.»
(Mateo 26, 14-25)
LA EXPERIENCIA
En el evangelio de hoy conviven traición: la de Judas; y servicio, entrega y testimonio por amor: el de Jesús.
Ambigua fue aquella cena, como ambigua es la vida cotidiana en la que se entremezclan los sentimientos y los acontecimientos más dispares.
Resulta escandaloso ponerle precio a la vida. Pero al fin y al cabo todos hemos tenido alguna vez la sensación de encarecer nuestros sentimientos; o al revés, ... abaratar nuestros principios.
El texto de hoy nos invita a descubrir las veces que nos hemos sentido mercancía, o que hemos convertido a alguien en mercancía.
LA CELEBRACIÓN
Te proponemos en este Miércoles Santo esta Celebración en tu interior:
1. Échate la mano a tu bolsillo o a un monedero que tengas cercano. Cuenta las monedas que tienes y pregúntate qué podrías comprar.
2. Ahora, entra en tu interior y descubre el valor más grande que anida en tu corazón, aquello que mejor te define como persona. ¿Crees que en algún momento le has puesto precio?
3. Mira a la gente que te rodea estos días y da gracias por su “valor interior”. Siente que comparten su riqueza contigo sin pedirte nada a cambio. Exprésale de alguna forma tu gratitud a lo largo el día.
LA PLEGARIA
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