jueves, 19 de abril de 2018

DESCODIFICANDO EL CAPÍTULO 20 DE SAN JUAN (3)

En esta tercera entrega vamos a poner la lupa sobre los distintos matices que tiene en griego los distintos verbos utilizados y que en castellano se traduce indistintamente por "ver". También veremos los personajes y las accioes que rodean a cada uno de los veros. Al final llegaremos a unas primeras conclusiones. Y nos falta una última entrega...pero sería bueno que cada uno fuera sacando alguna que otra conclusión y si quiere comentar.... abiertos están los comentarios en esta entrega.

1.Introducción

El capítulo 20 de San Juan, supone todo un itinerario de fe. El descubrimiento del sepulcro vacío, la aparición a María Magdalena, a los discípulos sin Tomás, y a lo discípulos con Tomás, pertenecen a este género narrativo propio de los evangelios que transmite procesos personales y comunitarios de la fe de la primitiva comunidad, más que hechos verificables.

El propio J. Ratzinger (Bendicto XVI) afirma que “la resurrección no puede ser acontecimiento histórico en el mismo sentido en que lo es la crucifixión”. Por esta razón, la resurrección “tampoco ha sido descrita a través de una narración propiamente dicha”.

Con la perspectiva de la lectura anterior es fácil descubrir que la utilización de verbos que en la entrega 1 y 2 hemos puesto de manifiesto, es algo más que una generosa manera de emplear el verbo “ver”. Se trata de algo mucho más rico. El verbo “ver” en el cuarto evangelio, expresa un itinerario de fe que tuvo que recorrer la primitiva comunidad cristiana.

Tengo la sensación de que la “no-matizada” traducción al castellano, o mejor dicho, una lectura de dicha traducción no suficientemente explicada e interpretada, permite que nos quedemos en la superficialidad de un texto tan medido como entrañable.

2. Descodificando el código.

El autor del cuarto evangelio emplea tres verbos distintos. Los pongo con grafía en castellano para leerlo mejor: el verbo BLEPO, el verbo ZEOREO, y los verbos ORAO Y EIDO que pueden utilizarse indistintamente dependiendo de que se emplea tiempo presente o pasado.

Es decir que el autor del cuarto evangelio utiliza tres verbos distintos que al traducirlas al castellano lo hacemos por “VER”. Lo que ocurre es que estos verbos griegos tienen matices muy distintos.

El verbo BLEPO, significaría “echar un vistazo”, “ver superficialmente”, “ver por encima”, “ver una cosa, un objeto…”

En este sentido, fijaos cómo en el texto cuando los protagonistas bíblicos “BLEPEAN” (permítaseme la expresión), lo que ven es:

Una piedra quitada: María Magdalena vio (βλεπει) quitada la piedra (v.1)

Los lienzos: “el otro discípulo, vio (βλεπει)  los lienzos” (v.5)

El verbo ZEOREO, significaría “examinar”, “observar con curiosidad y minuciosidad”, “considerar lo visto”, “mirar incisivamente…”, “ver, pero sacando consecuencias de lo visto” (advertir que este verbo en castellano ha dado el verbo “teorizar” o la palabra “teoría).

Fijaos a continuación que cuando los protagonistas bíblicos  “ZEOREAN”, lo que ven es:

Los lienzos: Simón Pedro vio (θεωρει) los lienzos puestos allí (v.6)
Dos ángeles: María Magdalena vio (θεωρει)  a dos ángeles” (v.12)
A Jesús, pero sin saber que era él (dato importante): María Magdalena se volvió, y vio (θεωρει)  a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús” (v.14)

Los verbos ORAO y EIDO (o IDO), significaría “tener una percepción espiritual”, “contemplar espiritualmente”, “ver con el espíritu”, “ver interiormente”, “ver con el corazón” “ver desde la fe”.

Fijaos a continuación que cuando los protagonistas bíblicos  “ORAAN y EIDAN””, lo que ven es:

Al Señor: el otro discípulo  (ειδεν), y creyó” (v.8)
Al Señor: Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto (εωρακεν) al Señor” (v.18)
Al Señor: los discípulos se regocijaron viendo (ιδοντες) al Señor” (v.20)
Al Señor: Le dijeron, pues [a Tomás], los otros discípulos: Al Señor hemos visto (εωρακαμεν)” (v.25)
Las manos del Señor: “[Tomás dijo], si no viere (ιδω )  en sus manos la señal de los clavos” (v.25)
Al Señor: “Jesús le dijo: Porque me has visto (εωρακας ) , Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron (ιδοντες ), y creyeron” (v.29).

3. Primeras conclusiones.

El autor bíblico emplea para cada cosa que se ve y para cada actitud con la que se ve un verbo distinto.

La mirada más superficial (BLEPO), sólo descubre la piedra quitada y los lienzos. A “simple vista” no hay nada más y quizás no haya más que conjeturar. Es muy sugerente que el discípulo que camina más rápido que Pedro y que ve el primero los lienzos, en ese instante, no llega a ninguna conclusión más allá de lo que ve.

Hay una manera de mirar, la de Pedro y en un segundo momento la de María Magdalena, que va más allá de lo “simple visto”. Ambos “ZEOREAN”, es decir, intentan sacar conclusiones más allá de lo “simple visto”, conclusiones provisionales, confusas, inconexas (maría Magdalena ve -ZEOREA- a Jesús, pero no sabe que es Él). Pero quienes ven “ZEOREANDO”, intentan comprender las cosas más allá de lo visto, más allá de la estricta superficialidad, más allá de los hechos superficialmente visibles. Es curioso que verbo ZEOREO en griego se traduce actualmente por “especular”.

Cuando el texto bíblico dice que a quien se ve es al Señor, nunca se utiliza el verbo BLEPO ni ZEOREO; se utiliza el verbo ORAO o EIDO. Curioso es el versículo 8, en el que el discípulo que al principio vio (BLEPO) y no creyó nada, después de que entrara Pedro, vio (EIDO) y creyó. Entre medias está la mirada de Pedro (el ZEOREO). Es emocionante este detalle.

Es curioso que para Pedro, nunca se utiliza el verbo BLEPO ni ORAO, sólo  ZEOREO. Para María Magdalena se utilizan los tres verbos. Y para Tomás solo el verbo EIDO, y nunca BLEPO Y ZEOREO.

¿Quién puede decir que se aburre leyendo la biblia? Mañana más.






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