EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: - «Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios".
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene ya la vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»Juan 6, 44-51
“El que cree tiene ya la
vida eterna”. …
¿Vida eterna? ¿Ya? ¿Cómo es
esto posible?
Independientemente de cómo
pensemos los creyentes de hoy, creo que es importante al menos conocer cómo
pensaban los judíos del siglo I.
Un judío del siglo I
pensaba que existían tres edades: la etapa patriarcal de los orígenes (los
tiempos de Abraham, Isaac, Jacob), la etapa de liberación (los tiempos de
Moisés y las continuas alianzas), y ¡sorpresa! una etapa que “estaba por
venir”, la etapa del Mesías (el tiempo definitivo-duradero- eterno). Ésta
última etapa era, para los judíos la vida eterna, es decir, los tiempos del
Mesías.
Jesús, indudablemente, era
un judío. Como Jesús se presenta como el Mesías, creer en él era “estar ya en
la vida eterna”.
Jesús tiene conciencia de
que con él ha entrado ya en la historia la vida eterna. En este sentido para
que un judío califica la vida como “eterna”, no es necesario que “dure mucho” o
que "dure para siempre". O dicho con otras palabras, eterna es la
vida, para un judío, si ha descubierto al Mesías.
Ciertamente los creyentes
de hoy tenemos otra "medida" del tiempo. El presente, sea como sea,
es "efímero", y lo "eterno", sea lo que sea, vendrá
después. Como podéis comprobar es difícil entendernos con la mentalidad de Jesús,
un judío del siglo I.
Ahora bien, hay un punto de
contacto, pequeño...sí, pero de contacto. Tanto los judíos del siglo I como
nosotros tenemos experiencia de transitar por la vida.
Si traemos el texto al hoy
de nuestra vida, hoy podría ser un buen día para caer en la cuenta de que tan
importante puede ser llegar a la eternidad como sentir que
la eternidad llegue a ti.
Dicho con otras palabras, tan importante es creer que nos espera un
futuro de sentido pleno, como vivir cada día dando sentido pleno a
lo que hacemos.
No sin ciertas “licencias”
de traducción, la frase de Jesús “el que cree tiene ya la vida eterna” podría
ser traducida por: “el que cree ha encontrado ya el sentido de su vida”.
Desde esta clave,
independientemente de contemplar "paraísos pasados" o postular
"paraísos futuros", la gran apuesta cristiana se vive en tiempo real;
se trata de un "modo de vida", una manera de comer ("este
es el pan que baja de cielo") que implica una manera de vivir ("para
que el que coma de él no muera).
O dicho con otras palabras:
"...¿cuándo
te vimos hambriento...sediento....enfermo....desnudo; y contestó
Jesús ...cada vez que lo hicisteis con uno de estos, los más pequeños,
...conmigo lo hicisteis" (Mateo 25, 31-45).
⭆Entrega número 3 sobre el des-codificado del Capítulo
20 del Evangelio de San Juan .Aquí🆙
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