EVANGELIO
En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:«Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.»
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».
Lucas 11, 14-23
De incomodísimo podíamos caracterizar el texto de
hoy… pero ciertamente es genial. ¡Cuantísima imaginación hay que derrochar para
construirlo!
El tal Belzebú es el dios fenicio Baal, ridiculizado con la
terminación “zabub” que significa “moscas”, “estiércol”… Los judíos, como
cualquier hijo de vecino, tendían a ridiculizar a los “dioses extranjeros”,
para ellos falsos; por eso llamaban al dios del pueblo fenicio el “dios de las moscas”.
El gran pecado para un judío era rendir culto a un dios extranjero, de ahí esa
fijación con Baalzebud y su intento constante de desacreditarlo
Bien, pues nada menos que intentan ridiculizar a Jesus
deciendo que él hace lo que hace con el “poder de Belzebú". Hace falta ser
tonto para dotar de tal poder a un dios para ellos falso, pero esto es lo que
suele pasar cuando a los humanos nos invade la envidia… que no sabemos muy bien
en qué lugar poner nuestros sentimientos.
La contestación de Jesús es clara e inteligente: “pero
hombres de dios… no os dais cuenta de que yo juego en vuestro terreno… mi vida
está centrada en Yahvhe, sólo en Yavhe… lo contrario sería esquizofrénico y
delirante… tener una corazón dividido resta pasión a nuestra misión”
(o dicho con sus palabras, “Todo reino en guerra civil va a la
ruina y se derrumba casa tras casa”).
Aquí Jesús, está poniendo el dedo en la llaga de un
delito presente en todos los tiempos: la distracción. Efectivamente,
lo contrario del intento de vivir “unificado y centrado” es vivir “dis-traído”
o “dis-movido”, es decir, con la sensación de que “tiran de ti” desde lugares
opuestos. Y pueden “tirar de ti” personas, proyectos de vida, valores… Eso,
evidentemente, nos rompe. Insisto, cuanta razón lleva el maestro de Galilea: “Todo
reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa”
El final del evangelio hace referencia a “saber
permanecer en nuestras opciones” más allá de nuestros desasosiegos e
inquietudes. Tener tu casa “barrida y arreglada”, es decir, con un proyecto
relativamente claro, y “habitada”, es decir, sin huidas delirantes
hacia atrás o hacia delante, es un buen signo de que para nosotros la
fe no es una pócima mágica que nos “ahorra” la vida, sino una manera, en
ocasiones “fatigosa”, de "estar" en la vida.
También es verdad que podemos aplicar este texto a la
Iglesia como proyecto religioso. Una de las cosas peores que le puede pasar a
la Iglesia es que no disponga de un proyecto, es decir, que cada cual dentro de
ella, vaya a lo suyo.
Cuando vivimos así sin-proyecto o des-proyectados,
ciertamente mantenemos las formas, pero revelamos estar carentes de fondo. Y
sin "fondo" el cansancio está asegurado, y la asfixia reclama, bien
descanso o bien relevo.
PD. Hablando de "relevos". He fundado hoy otro
blog, se llama La
edad de Sara, por qué...entrad y lo veis si así consideráis. (aquí 🆙)
Además de la explicación del nombre he puesto la
primera entrada, titulada: Mujeres,
Obispos, Kierkegaard y payasos,(aquí 🆙) ...un
poquito para noches de insomnio..
Y desde aquí puedes
acceder a la
Palabra del Domingo en “75”segundos🆙
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