martes, 8 de noviembre de 2016

MARTES DE LA XXXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. EL EVANGELIO DEL 8 DE NOVIEMBRE

EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo el Señor: «Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»

Lucas   17, 7-10

COMENTARIO

Ya hemos comentado en otros lugares que hemos de leer críticamente el contexto del evangelio de hoy; no sería lógico atribuir a Jesús una defensa de la esclavitud. El estatuto del esclavo en aquel tiempo nada tiene que ver con lo que hoy podemos entender por esclavitud. En este sentido lo dicho para el esclavo valdría exactamente igual para la persona libre, el discípulo o el amigo.

Y el mensaje central de este evangelio no es otro más que la necesidad de apostar por una "lógica del presente". 

Efectivamente, el interés se encarga de enrarecer en no pocas veces nuestra relación con los demás. No hay nada más cínico que actuar por interés. 

Si nuestras amistades y nuestros pequeños o grandes sacrificios, no son más que cálculos estratégicos para conseguir sacar partido de algo o de alguien, entonces claramente hemos apostado por ser esclavos del mérito convirtiendonos, sin querer, en moneda de cambio al alza o a la baja, dependiendo de los biorritmos a corto plazo o de la biografía a largo plazo.

Frente este "cálculo a futuro" que nos lleva a actuar meritoriamente porque en algún momento ya nos lo cobraremos, Jesús invita a la "lógica del presente": "he hecho lo que tenía que hacer". 

Esa frase encierra una buena  síntesis de lo que supone una vida íntegra. Porque no hay nada más sensato que actuar siempre con la tranquilidad del trabajo bien hecho, el compromiso cumplido, y la satisfacción realizada. 


Cuando la vida se vive así, no hace falta anhelar un paraíso futuro en el que se cumplan tus anhelos. El paraíso ya se ha hecho presente, y el presente te sabe a instante eterno.

Pd. Un comentario mucho más técnico sobre el mérito y la gratitud, podéis leerlo aquí.




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