La Biblia está poblada de familias, de generaciones, de
historias de amor y de crisis familiares, desde la primera página,
donde entra en escena la familia de Adán y Eva con su
peso de violencia pero también con la fuerza de la vida que continúa (cf. Gn
4), hasta la última página donde aparecen las bodas de la Esposa y del Cor-
dero (cf. Ap 21,2.9). Las
dos casas que Jesús describe, construidas sobre roca o sobre arena (cf. Mt
7,24-27), son
expresión simbólica de tantas situaciones familiares, creadas por las
libertades de sus miembros
La pareja que ama y genera la vida es la ver- dadera
«escultura» viviente —no aquella de piedra u
oro que el Decálogo prohíbe—, capaz de manifestar al Dios creador y salvador. Por eso el amor
fecundo llega a ser el símbolo de las realidades íntimas de Dios
Jesús, en su reflexión sobre el matrimonio, nos remite a otra página del Génesis, el capítulo 2, …el encuentro con un rostro, con
un «tú» que refleja el amor divino y es « el comienzo de la fortuna, una
ayuda semejante a él y una columna de apoyo» …De este encuentro, que sana la soledad, surgen la
generación y la familia…El fruto de esta unión es «ser una sola carne »,
sea en el abrazo físico, sea en la unión de los corazones y de las vidas y,
quizás, en el hijo que nacerá de los dos, el cual llevará en sí, uniéndolas no
sólo genéticamente sino también espiritualmente, las dos « carnes ».
Es significativo que en el Antiguo Testamento la
palabra que aparece más veces después de la divina (yhwh, el « Señor ») es «
hijo » (ben), un vocablo que remite al verbo hebreo que significa
«construir» (banah)
…Es verdad que estas imágenes reflejan la cultura de una sociedad antigua, pero
la presencia de los hijos es de todos modos un signo de plenitud de la familia
en la continuidad de la misma historia de salvación, de generación en
generación.
La Biblia considera también
a la familia como la sede
de la catequesis de los hijos …la familia es el lugar donde los padres
se convierten en los primeros
maestros de la fe para sus hijos. Es una tarea artesanal, de persona a persona.
Jesús mismo nace en una
familia modesta que pronto debe huir a una tierra extranjera…la Palabra de Dios no se muestra
como una secuencia de tesis abstractas, sino como una compañera de viaje
también para las familias
que están en crisis o en medio de algún dolor .
En el horizonte del amor, central en la experiencia
cristiana del matrimonio y de la familia, se destaca también otra virtud, algo ignorada en estos tiempos
de relaciones frenéticas y superficiales: la ternura…
Ante cada familia se
presenta el icono de la
familia de Nazaret, con su cotidianeidad hecha
de cansancios y hasta de pesadillas, …
(Exhortación
Apostólica “La Alegría del Amor”
Amoris
Laetitia, 3-30)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu opinión.