Debían llevar
cierto retraso en eso de la elección y por lo visto el aislamiento gastronómico,
a la baja, provocó que las neuronas se diligenciaran convenientemente.
Me ha venido a
la cabeza esa historia o esa leyenda pensando en nuestro políticos de ahora. De
pascuas navideñas a pascuas de semana santa y nada, sin elegir presidente. Yo
no es por nada, pero si el aislamiento gastronómico sirvió para el clero
religioso, quizás también sirva para el clero laico.
Ahora bien trátese
de un clero o de otro no me digan que no representan bien lo que tienen que
representar. Y es que e esta sociedad de la imagen, como nos gusta decir, la representación,
el empaque y la visibilización de lo que sea lo es todo.
Me estoy dando
cuenta de que el tiempo no pasa en balde y nos hace evolucionar. El año pasado,
tal que hoy, y en el mismo sitio mi grito era: ¡salvemos la semana santa!. Hoy
, mi grito es ¡salvemos la vida!, de tanta representación y visibilización
estéril.
¡Salvemos la
vida!, insisto, pero la vida de tantos refugiados y excluidos a las puertas de
Europa, con consenso o sin el. ¿Desde cuando tiene dueño el aire que se respira
o el pan que alimenta? Y si tiene dueño, como diría Serrat, duro con el.
¡Salvemos la
vida!, sí protegiéndola de esta escena de terciopelo en la que hemos convertido
la democracia, donde la palabra, eso sí, libremente pronunciada, se ha vuelto inútil
porque no sirve para acortar distancias, más bien las agranda.
No quería hablar
de Semana Santa, pero…. Lo siento… ¡salvemos la vida! sí, protegiéndola también
de los otros terciopelos, las otras cancelerías y estos humos acanelados que
dicen que se elevan al cielo, ¡vaya por Dios! … ¡huyendo de la vida!
No nos vendría
mal a los cristianos durante esta semana que viene una dieta sólo de pan, ese
que empezó a amasarse en Belen, en la Casa del Pan, y que ahora, en los campos
próximos a los calvarios de nuestros pueblos se siembran, ya se , a destiempo,
en primavera”, en forma de grano de trigo herido.
Se habría
perdido el trigo, pero habríamos salvado la vida. Además con un poquito de agua
al poco tiempo, brotará de nuevo.
Porque, vosotros
que estáis en la cope y sabéis mucho de esto, ¿va a llover esta semana santa,
verdad?
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