martes, 18 de agosto de 2015

MARTES DE LA SEMANA XX. EL EVANGELIO DEL 18 DE AGOSTO


EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.» Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo.»
Entonces le dijo Pedro: «Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?» Jesús les dijo: «Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros.»


Mateo  19, 23-30
COMENTARIO

«Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo.» 

Confieso que esta frase me inquieta. No la entiendo, nunca la he entendido. ¿Para qué tanta convicción? ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿Para qué tanto camino? Si el "mayor" esfuerzo del ser humano no vale para nada, ¿para qué esforzarse? 

La respuesta tradicional es eso de "la gracia de Dios". Tradicional y "rancia", porque una gracia así sería como un  árbitro de fútbol que pita penalti cuando quiere y manda acabar el partido cuando le parece, ¿para qué jugar al fútbol?

Lo que pasa es que todos tenemos experiencia de que hay cosas que no dependen de ti aunque te afectan a ti y no dependen de la suerte. Porque incluso la suerte, al fin y al cabo, es lógica. Por ejemplo, que te toque la lotería es cuestión, al final, de lógica. De hecho, la palabra "suerte" viene del latín "sortis" y se refiere a una división de tierras de trabajo, y efectivamente hay tierras más productivas que otras por su constitución, elementos químicos, clima...

Pero todos tenemos experiencia de que hay cosas que no dependen de ti, que no puedes ni forzarlas ni frenarlas, que escapan a tus deseos y anhelos, pero que te afectan, padeces o disfrutas sin tu poder hacer nada. 

El terreno de los afectos humanos es un espacio especialmente significativo. Tu puedes querer a alguien que no te quiere y no puedes exigirle que te quiera. Y alguien te puede querer a ti, y tu no sentir nada por esa persona que te regala insistentemente su cariño. Y por muy lógicas que parezcan las cosas aquí las cuentas no salen.

Para mi esta es la auténtica experiencia de la gracia. Por eso la gracia tiene capacidad para sanar tu vida y para herirla. Hay realidades en la vida que sin ser arbitrarias, no son lógicas. Cómo te sitúes ante ellas hacen de esa experiencia un gozo o un martirio. Y cómo te sitúes depende de ti, aunque escapa a tu control que te ocurran o no. 

Por eso la gracia es el reino de la libertad absoluta donde el "yo" y el "tu" alcanzan su mayor plenitud. Nada es exigido, nada es debido. Aceptación absoluta o rechazo absoluto. Por eso para Francisco de Asís , habiéndolo tenido todo (esfuerzo humano) sólo ante la hermana pobreza, perdiéndolo todo, es feliz (experiencia de gracia).

Pero eso no puede exigirse, no puede convertirse en experiencia ética o moral. Es pura experiencia de gracia. 

PD: Si alguien se queda con ganas de un comentario más "técnico" sobre el joven rico y la experiencia de la gracia de Dios, puede encontrarlo aquí.


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