miércoles, 15 de julio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY, 15 DE JULIO. MIERCOLES SEMANA XV

EVANGELIO
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»
Mateo  11, 25-27


COMENTARIO
Son muchas las ocasiones en las que nos “armamos” de palabras para defender-nos, y en el mejor de los casos para defender  nuestra verdad. Desde luego que resulta muy saludable utilizar sólo la “palabra” y no echar mano de otras “armas”. Ahora bien, como las palabras casi siempre salen gratis, hay que evitar correr el riesgo de “manipular” con ellas.

Hago esta pequeña introducción porque durante mucho tiempo el texto del evangelio de hoy ha sido “manipulado” de tal forma que se ha presentado como “ideal” una experiencia de la fe “sencilla” que renuncia, con gozo, a pensar. Esta fe (técnicamente llamada “fiducial”), propia de los sencillos, se opondría a la fe de los “sabios y entendidos”, identificados estos últimos en no pocas etapas de la historia de la Iglesia, con aquellos que pretendían, con soberbia, ilustrar su fe.

De este modo a mayor incultura, y por tanto supuestamente más sencillez, mayor fe. Por el contrario, a mayor ”ciencia”, más soberbia, y en consecuencia “menos fe”.  De este modo, incautamente, durante mucho tiempo se ha opuresto la fe y la razón. Y esto ha sido, y es un drama, porque da la sensación de que cuando uno se atreve a pensar un poquito tiene que “dejar de creer”.

Los que “lidiamos” con el anuncio de la fe al variopinto colectivo juvenil esta cuestión la vemos con mucha crudeza. Para muchos, fe o religión , es identificado con la “catequesis de primera comunión”; superada esa etapa, queda superada la posibilidad de la fe. Total…un drama para nosotros; una liberación …en el mejor de las casos para ellos cuando no, casis siempre, …absoluta y no-hiriente indiferencia.

Bueno pues, el texto del evangelio de hoy no habla de fe y razón, sino de una religión, la de los “sabios” fariseos,  reducida a normas y leyes carentes de vida por una parte, y por otra la de una religión, la de los sencillos, que han descubierto que es posible sentir “de tu parte a Dios” más allá del cumplimiento de las normas y preceptos.

Efectivamente, cuando Jesús habla de los “sabios y entendidos”, está hablando de los fariseos, es decir, de los que se habían adueñado de la experiencia de Dios. ¡Qué digo de la experiencia de Dios!.... se habían adueñado del propio Dios porque lo hacían pasar por los más de seiscientos preceptos que tenia la religión judía. Imaginaos lo que significaba esto para alguien que ni sabía leer ni tenía acceso generalmente a la Ley.

A estos “sabios y entendidos fariseos” Jesus opone la “gente sencilla”. Técnicamente había que tradiucor por “gente de la tierra”, es decir personas pobres y humildes, despreciadas por los fariseos, escribas y sacerdotes. Eran despreciadas porque su incultura les impedía conocer la intrincada maraña de preceptos y mandamientos que habían elaborado los dirigentes del pueblo de Dios. Al desconocer los más de seiscientos preceptos, no podían cumplirlos con rigor. Jesús simplificó la Ley de Dios para ellos y les dijo que todo se reduce a dos mandamientos: «Amar a Dios y amar al prójimo».

Por eso acaba diciendo Jesús en el Evangelio de hoy eso de que “todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce al hijo más que el Padre”, es decir, es como si Jesús les dijera, “olvidad a los fariseos –que os manipulan con sus preceptos- y fiaos sólo de mi”.

Este texto, en el “hoy” de nuestra vida, creo que nos invita a pensar por nosotros mismos, a huir de los que en el nombre de “dios” dictan sus normas que generalmente “machacan” la conciencia; estas personas, más que “sabios y entendidos”, son “sabiondos y enteraos” que tristemente no han caído todavía en la cuenta de que donde no hay confianza y libertad no puede anidar una fe autentica y una religiosidad sana.

Pero bueno…como “dictar normas y preceptos” sale gratis…ahí siguen…. en ocasiones, báculo en mano.

PD: Puedes acceder al comentario del año pasado sobre el mismo texto pulsando en los puntitos •••













No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión.