martes, 28 de abril de 2015

EL SANTO DEL 28 DE ABRIL


SANTA TEODORA Y SAN DÍDIMO

Los dos murieron mártires en Alejandría en el año 304. Teodora quería mantenerse virgen.
 Pero las intenciones del gobernador no eran las mismas. Le concedió tres días de reflexión antes de que fuera condenada a vivir en una casa de prostitución.



El gobernador le dijo:  “¿Ignoras que por voluntad del emperador las vírgenes consagradas que rehúsan hacer sacrificios a los dioses, pueden ser deshonradas?”.

- Lo sé, respondió Teodora, pero nunca haré sacrificios a los dioses.



Ella se mantuvo firme en su decisión.

Un soldado, Dídimo, que había estado en la audiencia con el gobernador, fue a decirle: “Yo me ofrezco el primero para deshonrarla”. 



Una vez que estuvieron solos, él le dio su uniforme de soldado y ella le entregó su velo. Así pudo escaparse.

Los dos fueron perseguidos hasta que los encontraron.



San Ambrosio de Milán cuenta que Teodora se presentó al tribunal para salvar a Dimas.

Pero la suerte ya estaba echada.

Los dos murieron martirizados por el terrible emperador Diocleciano.

Es fácil pensar lo que sintió Dídimo al engañar al gobernador. Como dijo Jacinto Benavente

Hay secretos que se guardan por delicadeza más que por engañar

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