Tras el reparto de panes, que podía ser
interpretado en clave de triunfo y de mesianismo político, Jesús obliga a los
discípulos a embarcarse y pasar a la otra orilla, que era tierra de paganos.
Acto seguido les deja y se retira al monte a orar.
La primera parte del texto que leemos hoy concluye
con Jesús retirado en oración. Tres veces aparece Jesús orando en el evangelio
de Marcos.
· La primera, después del primer día de actividad
en Cafarnaún, cuando expulsó un demonio de la sinagoga, curó a la suegra de
Simón y sanó a muchos que se encontraban mal.
· La segunda, la que comentamos hoy, después de dar
de comer a la multitud. · La tercera será en el huerto de Getsemaní, cuando
asume la decisión de ofrecer la vida diciendo a Dios Padre: "Que no se
haga lo que yo quiero, sino lo que tú
quieres". En las tres está en juego la
verdadera imagen de un Mesías que no se queda en el triunfo fácil, ni en el
éxito logrado, sino que considera que el verdadero triunfo se consigue cuando
se entrega la vida para dar vida.
En la segunda parte del texto de hoy, Jesús aparece
caminando sobre las aguas, calmando al viento, animando a sus discípulos en
medio del temporal... Más que un texto histórico se trata de un texto simbólico
en el que cada elemento cumple su función.
Nos fijamos en cada elemento simbólico:
· «La
noche y el mar embravecido» son símbolos de la oscuridad de la mente para creer y
de los peligros que acechan al creyente. De hecho, el evangelio dice que los
discípulos no habían entendido el signo de los panes. Los discípulos no
entendieron, hasta después de la muerte y resurrección de Jesús, que el estilo
de Mesías que él traía era un estilo comprometido con los más pobres, ajeno al
dominio y la opresión de los gobernantes de turno.
· «En el
último cuarto de la noche fue hacia ellos andando sobre el mar, con intención
de pasarlos» Había dos maneras de dividir la noche: una, propia de los judíos, la
dividía en tres partes; la otra, propia de los romanos, en cuatro. La expresión
el último cuarto de la noche supone la división romana y pone la escena en el
contexto de la misión entre los paganos, conforme a lo que indicaba el destino
señalado por Jesús, Betsaida.
·
«Caminar sobre el mar» se consideraba propio y exclusivo de Dios. En el
capítulo 9 del libro de Job se dice: «Sólo Él... camina sobre las olas del
mar». Con esta imagen el evangelio enseña a las prime- ras comunidades
cristianas que en la sencillez de Jesús de Nazareth, Buen Pastor que da
alimento a su pueblo, se halla presente todo el amor de Dios.
· «Soy
yo, no temáis» está cargada de resonancias del Antiguo testamento: «Soy yo» es la definición
que Dios da de sí mismo cuando se aparece a Moisés desde la zarza ardiendo.
· La «barca» es símbolo de la
comunidad cristiana, zarandeada por los vientos y las dificultades cuando Jesús
no está a bordo...
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