miércoles, 26 de febrero de 2014

EL EVANGELIO DEL MIÉRCOLES


MIÉRCOLES, 24 DE FEBRER0
VII SEMANA


EVANGELIO
Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros». Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros». 

Marcos 9, 38-40 

COMENTARIO

El que no está contra nosotros está a favor nuestro. La frase quiere decir, que del Reino no se excluye a nadie. Todos están invitados. Todo el que sinceramente busca el bien del hombre, está a favor del Reino de Dios que predica Jesús, aunque no lo conozca. Solo queda fuera el que rechaza al hombre.
La posesión diabólica era el paradigma de toda opresión. Expulsar demonios era el paradigma de toda liberación. En contra de todos los movimientos religiosos de la época, saduceos, fariseos, Qumrán, etc., Jesús anuncia un Dios que es amor y que no excluye a nadie, ni siquiera a los pecadores.
Pretender la exclusividad de su dios, ha hecho polvo las mejores iniciativas religiosas de todos los tiempos. Considerar absoluta cualquier idea de Dios como si fuera definiti¬va, es la mejor manera de entrar en el fanatismo y en la intransigen¬cia. Monopolizar a Dios, es negarlo. Poner límites a su amor es ridiculizarlo.
Nuestra religión ha ido más lejos que ninguna otra en esa pretensión de verdades absolutas. Recordad: "fuera de la Iglesia no hay salvación". Fuera de la Iglesia hay salvación, y a veces, más que dentro de ella.
Al relatar un episodio parecido, porque no los recibieron al pasar por Samaría, un discípulo le pide a Jesús que mande bajar fuego del cielo para que les destruya. Jesús se limitó a decir: no sabéis de qué espíritu sois. Después de dos mil años seguimos sin enterarnos del espíritu de Jesús. Seguimos pretendiendo defender a Dios, sin darnos cuenta de que estamos defendiendo nuestros intereses más rastreros.
No se trata simplemente de tolerar lo malo que hay en los otros. Se trata de apreciar todo lo que hay en los demás de bueno.
Todo aquel que se atreve a disentir, todo el que piense o actúe de modo diferente sigue siendo excluido. Incluso arremetemos contra todo el que se atreve a pensar.
Tenemos que decirlo con toda claridad. Para los seres humanos ha sido mucho más nefasta la idolatría teísta que el ateísmo. Las mayores barbaridades de la historia se han cometido en nombre de dios. Es ídolo un dios que premia a los buenos y castiga a los malos, lo mismo que hace el mayor de los tiranos. Claro que ese dios nos tranquiliza, porque si él hace eso, está más que justificado que nosotros hagamos lo mismo.
El espíritu de Jesús va mucho más allá de lo que abarca el cristianismo oficial. Se ha acuñado una frase últimamente: "patrimonio de la humanidad", que se podría aplicar a Jesús sin restricción alguna: Cristo no es de la Iglesia. En realidad, el mensaje de Jesús no se puede encerrar en ninguna iglesia o congregación religiosa. Jesús intentó que todas las religiones, incluida la suya, descubriesen que el único objetivo de todas ellas es hacer seres cada vez más humanos. Cualquier religión que no tenga esa meta, es simplemente falsa.
Que en el evangelio de Marcos la causa de Jesús no coincida con la causa del grupo de los doce, es un toque de atención para los cristianos de todos los tiempos. Jesús no es monopolio de nadie. Todo el que está a favor del hombre está con él. Todo el que trabaja por la justicia, por la paz, por la libertad, es cristiano. Nada de lo que hace a los hombres más humanos debe ser ajeno a un seguidor de Jesús. Es inquietante que todas las grandes religiones monoteístas hayan sido causa divisiones y guerras.
Ha llegado el momento de cambiar los parámetros de pertenencia. Debemos olvidar si "tenemos papeles" de cristianos o de budistas o de mahometanos, y valorar si de verdad luchamos por el bien de todo ser humano.