Un avezado lector me ha advertido
cariñosamente sobre el riesgo de mis escritos en El Objetivo de Hellín.
El motivo de su preocupación recae en el hecho de que, en su opinión, al
utilizar en mis reflexiones la figura literaria de la retranca, lo escrito no
sea adecuadamente interpretado por el paciente lector. El arte de la retranca
consiste en utilizar el lenguaje de tal manera que oculte una intención, y así
en lo dicho, se sugiera lo querido, aunque disfrazado. Pues bien… a tanto no
llego. Creo que lo que digo, lo digo y se entiende, no necesitando de disfraz
porque no tengo nada que ocultar.
Sí que es cierto que quizás
utilice en ocasiones la ironía. Pero la ironía no es lo mismo que la retranca.
La ironía consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice. La ironía
siempre ha sido un género literario muy cultivado, porque sirve no pocas veces
de desahogo allí donde el pensamiento único se impone como único además de como
intolerante. El pensamiento único, en ocasiones, se reviste de mansedumbre fofa
o de dogmatismo inculto y es entonces cuando más hay que utilizar la ironía,
porque hay dos especimenes humanos muy peligrosos, a saber, los lobos con piel
de cordero y los tontos con un reglamento en la mano.
Dicho todo lo anterior para
despejar toda duda sobre las intenciones generales del que suscribe esta
sección, aclaro que todo lo que sigue a continuación está escrito sin retranca.
Mayor claridad ya no puedo expresar y si cabe alguna duda de mis palabras,
solicito la misericordia del lector porque al fin y al cabo uno no es
periodista sino sacerdote, sin que sirva esto de excusa a la hora de pedir
responsabilidades por lo escrito.
Todas las provincias (diócesis,
en lenguaje eclesiástico) se disponen estos días a clausurar este magno
acontecimiento que ha supuesto el año de la fe. Desde hace pocos días, en los
habituales medios de información religiosa se suceden informaciones varias en
este sentido. Nuestro obispo diocesano, Don Ciriaco, así nos ha convocado por
carta a todos los cristianos a “participar en la clausura del mencionado Año”.
El acto diocesano de clausura en Albacete será el día 23 de noviembre en la
Santa Iglesia Catedral y en el Auditorio Municipal.
De igual modo nuestro Obispo nos
invita el mismo día 23 a “la clausura del año de la fe en Hellín en un acto solemne que la Unión
de Cofradías ha preparado con esmero. A las cinco de la tarde, desfile de
alguno de los tronos de la Semana Santa, y a continuación, la Santa Misa, que
tendré el gusto de presidir” (añade nuestro
Obispo). Desde esta columna animamos a la participación.
Por otra parte las Asociación de
Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Hellín ha organizado dos conferencias para enmarcar los actos arriba señalados. En
primer lugar, el día 12 de noviembre, una reflexión del Emmo. Rvdmo. Sr. D.
Carlos Amigo Vallejo, Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla. El Papa
Francisco, en una reciente homilía pronunciada en la plaza de San Pedro, con
motivo de las Jornadas de las Cofradías y de la Piedad Popular, resaltaba el
valor de la “eclesialidad.
La piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la
Iglesia, en comunión profunda con vuestros Pastores”. No cabe ninguna duda de que la
presencia de un cardenal entre nosotros es una muy clara expresión de la
profunda comunión del colectivo cofrade hellinero con sus pastores. No en vano
eso es lo que representa un cardenal: la plena comunión con la Iglesia puesto
que ellos “están
vinculados, de una manera muy estrecha y especial, con el ministerio del Obispo
de Roma”. Que duda cabe de que los cardenales son una buena expresión
de una Iglesia que, también en palabras del Papa
Francisco “debe caminar
con la gente y tomar el camino del pobre".
Por
otra parte, el viernes 22 de noviembre, la reflexión que servirá conjuntamente
con la anterior como clausura del Año de la Fe en la propuesta que nos hace la
Asociación de Cofradías y Hermandades de Hellín, correrá a cargo de Don David
Calleja Ruiz, reconocido diseñador y asesor artístico. Ciertamente la
ornamentación de nuestras imágenes pasionales, para todo el mundo cofrade, es
proporcional a la calidad de su fe, debiéndose cuidar con el mayor esmero posible
dicha expresión artística. Así de contundente ha sido recientemente el Papa
Francisco cuando al respecto ha afirmado la importancia de cuidar todo lo
ornamental de nuestra Iglesia porque “no
es puro adorno y gusto por los trapos, sino presencia de la gloria de nuestro
Dios resplandeciente en su pueblo vivo y consolado”.
Por tanto es de agradecer a la
Asociación de Cofradías y Hermandades el acierto que ha tenido en la elección
de ambas personas, cardenalis et cubicularius Virginis et Christi, para
preparar el “acto solemne” –en palabras de nuestro Obispo Don Ciriaco- de “la
clausura del año de la fe en Hellín”, cuya
Santa Misa tendrá “el gusto de presidir”.
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