Dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
«No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica
se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa
sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se
hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías
y no las pone en práctica se parece
a aquel hombre
necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la
casa, y se hundió totalmente».
Mateo 7, 24-27
COMENTARIO
«La roca» era una imagen muy interesante para las
personas del país de la Biblia: Permitía orientarse en el
desierto, defenderse sobre ella de los animales salvajes y de los perseguidores. A su sombra una persona se
resguardaba del castigo del sol, e incluso podría encontrar agua
entre sus grietas. Muchas ciudades, entre ellas Jerusalén, fueron construidas
sobre formaciones rocosas. Pero la «Roca Firme» es Yahvé. Dios es la Roca que no cede nunca, sobre la cual se puede estar
seguro.
El texto de
hoy nos invita a construir la Navidad sobre los valores de la fe; aquellos que
permanecen a través del tiempo. La Navidad
que se nos ofrece desde los medios de comunicación se sustenta sobre arenas inconsistentes del consumo y la alegría vacía. El
Evangelio de hoy es una invitación a
centrarnos en el
Señor.
El cristiano trabaja en sus distintas tareas por una
serie de valores que ayudan a construir una sociedad
sólida, sustentada en aquellas convicciones que dan densidad a la vida. La
Navidad puede ser un excelente tiempo
para subrayar algunos valores que contribuyen al crecimiento humano y cristiano. Pero una Navidad de consumo también puede convertirse
en tiempo vacío que en nada contribuye a sustentar la vida
en convicciones firmes.
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