EVANGELIO
Pasando junto al lago de Galilea
Jesús vio a dos hermanos: a Simón al que llaman Pedro y a Andrés, que estaban
echando una red en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo:
-Venid conmigo y os haré pescadores
de hombres.
Inmdiatamente dejaron las redes y
le siguieron.
Pasando adelante vio a otros dos
hermanos: A Santiago y a Juan, hijos del Zebedeo, que estaban en la barca
repasando sus redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó. Inmediatamente
dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Mt 4,18-22
COMENTARIO
El
evangelio de hoy narra la llamada de los primeros discípulos según la versión
de Mateo. El escenario del relato es la ribera del lago de Galilea, también
llamado lago de Tiberíades o de
Genesaret. Tiene 21 kilómetros de largo y 11 km. en su parte más ancha. La
superficie del agua está a más de 200 metros
bajo el nivel del mar Mediterráneo. El caudal
del agua procede del río Jordán y de algunos manantiales que nacen en sus
orillas. En sus riberas había abundante pesca,
aunque escasa variedad de peces. Existía una floreciente industria de salazón
de pescados.
No
resulta difícil imaginarse a Jesús paseando por este hermoso lugar y observando
a los pescadores en sus faenas
ordinarias. Aquí vio a dos hermanos (Simón y Andrés) y los invitó a seguirlo. La acción de Jesús comienza por
la mirada y prosigue con la palabra.
Cuando
el evangelio subraya las palabras «pesca» y «pescadores», no sólo está describiendo
la realidad histórica en la que vivieron los primeros apóstoles, sino que está
también recordando textos del profeta Ezequiel.
Este profeta describe la nueva creación de Dios, como un gran caudal de agua
pura, limpia y llena de multitud de peces que
serán pescados por pescadores que echarán sus redes en esas aguas. (Ezequiel
47, 10-11)
Del apóstol Andrés se nos dice en el
evangelio que era hermano de Pedro. Su nombre no es hebreo, sino
griego, cosa habitual en Galilea, si tenemos en cuenta que en aquella región
convivían ciudades de cultura judía con otras eminentemente griegas. Andrés
es una persona en constante proceso de búsqueda. Comenzó siendo discípulo de
Juan Bautista. Se entusiasmó con el proyecto de este profeta que enseñaba a
cambiar la propia vida para cambiar la situación del pueblo de Israel.
Siguiendo las orientaciones de Juan Bautista se acercó a Jesús
y comenzó a seguirle. El cristiano se siente llamado por Jesús para
anunciar su salvación; una salvación que no sólo se dice de palabra,
sino que se concreta en acciones diarias.
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