martes, 11 de diciembre de 2012

EL EVANGELIO DEL 11 DE DICIEMBRE

MARTES









EVANGELIO
Dijo Jesús a sus discípulos:

«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños».
Mateo 18, 12-14 



COMENTARIO

El evangelio de hoy forma parte de las reflexiones que los primeros cristianos se hicieron sobre la Iglesia y sobre el perdón a los hermanos.
La imagen del pastor y el rebaño es clásica en toda la Biblia. Mediante esta imagen se expresó la misión de Abraham, de Moisés, del rey David... Los grandes personajes del pueblo de Israel habían sido pastores.
El libro del profeta Ezequiel da un paso más: indica que Yahvé en persona será el pastor de su pueblo al final de los tiempos. Este Buen Pastor (Yahvé) realizará múltiples acciones positivas para liberar al pueblo que sufre: Buscar, llevar sobre los hombros, alimentar, liberar, defender de los peligros, apacentar, sostener, vendar a las heridas, buscar a la oveja persida, cuidar a los corderos...
Mateo utiliza esta imagen para definir cómo tienen que ser las relaciones en el seno de la Iglesia, es decir, entre los miembros de la comunidad cristiana. Los primeros cristianos tuvieron muy claro que no se puede abandonar a alguien por el hecho de que sólo sea “uno” o por el hecho de ser “pequeño”. Al narrar la parábola, Mateo pensaba en la responsabilidad de los dirigentes de las Iglesias. Los responsables de las comunidades cristianas del siglo I deben actuar a imagen del Buen Pastor, cuidando con solicitud de todos aquellos que les han sido encomendados.



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