lunes, 9 de enero de 2012

Para lectores con prisa, 9 de enero


"El problema está en saber qué hacer cuando unos padres que viven alejados de la Iglesia, que no acuden a la Eucaristía dominical, que viven incluso de forma irregular, vienen a la parroquia a pedir el bautismo para su hijo. Esta situación es hoy muy frecuente. Por un lado, estos padres manifiestan la suficiente sensibilidad religiosa como para pedir el bautismo para su hijo. No podemos menospreciar lo que haya de verdaderamente religioso y cristiano en ese deseo de sacramento. Pero tampoco podemos conceder el bautismo sin  tener alguna garantía de que ese niño podrá encontrar en su ambiente familiar, o en alguna otra parte, la ayuda indispensable para llegar a conocer y vivir personalmente su condición de hijo de Dios. Pienso que hasta ahora no nos hemos planteado con suficiente claridad este problema capital. Seguir bautizando si pensar en asegurar el fruto normal de este bautismo, puede llegar a ser una falta de respeto al sacramento y de la necesaria atención a la autenticidad y credibilidad de la comunidad cristiana”

Puede encontrarse el texto en: 
F. SEBASTIÁN Evangelizar, Encuentro,  Madrid 2010 p. 308








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