En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.» Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.» Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
COMENTARIO
El texto de la curación de la suegra de Pedro en el Evangelio de Marcos puede analizarse desde una perspectiva que conecta la acción de Jesús con la dignidad y el servicio, elementos clave de su misión y enseñanza.
Un personaje “sin nombre” que representa un mensaje profundo:
La suegra de Pedro, a pesar de ser un personaje “sin nombre” y aparentemente secundario en el Evangelio, desempeña un papel significativo en la narrativa. Su figura resalta cómo Jesús se acerca a los más necesitados, aquellos que suelen pasar desapercibidos, para devolverles no solo la salud, sino también una vida plena de dignidad. Este "levantarse" simboliza un renacimiento, un retorno a la condición humana plena, no para dominar o imponerse, sino para contribuir al bien común mediante el servicio.
Dignidad a través del servicio:
Es importante destacar que el acto de la suegra de Pedro de ponerse a servir inmediatamente después de ser curada no debe entenderse como una imposición o subordinación. Más bien, representa una respuesta natural al toque transformador de Jesús, quien redefine la grandeza y la dignidad humana en términos de servicio. Al sanar sus fiebres, Jesús no solo restaura su salud física, sino que también la invita a participar activamente en el modelo de vida que Él mismo ejemplifica.
La curación como un espejo para Pedro:
Si analizamos el texto en relación con Pedro, podemos interpretar que la curación de su suegra también funciona como un símbolo de la transformación que él mismo necesita. Las "fiebres" de grandeza, su constante lucha por entender la verdadera misión de Jesús, y su tentación de buscar poder y protagonismo, son reflejadas en este episodio. La acción de Jesús de curar y levantar sugiere que el camino de Pedro también implica un proceso de sanación interior, de abandono de ambiciones absurdas,
para abrazar la humildad y el servicio como eje de su liderazgo.
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