jueves, 16 de enero de 2025

EVANGELIO DEL JUEVES 16 DE ENERO. SEMANA 1 DEL TIEMPO ORDINARIO

 


EVANGELIO

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.» Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.» Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.



Marcos 1, 40-45
COMENTARIO

Un leproso, considerado impuro, difícilmente se acercaría con naturalidad a un maestro como Jesús, visto como puro. Sin embargo, el leproso confió en Jesús como alguien capaz de atender sus necesidades más profundas. Su petición, "Si quieres, puedes limpiarme", no buscaba oraciones o consuelo espiritual, sino dignidad y vida plena. Jesús, sensible a esta necesidad radical, respondió sin titubeos: "¡Quiero!". Su decisión inmediata refleja que algunas situaciones requieren acción rápida, no reflexión prolongada. Jesús no actuaba con prisa, pero sí con determinación, mostrando que la vida necesita decisiones oportunas para avanzar.

A pesar de respetar la Ley al enviar al leproso al templo, Jesús también cuestionó la religión institucional cuando esta era ineficaz o corrupta, manteniendo un equilibrio sensato. Más allá de la curación física, las actitudes de Jesús –inclusión, decisión, autenticidad y coherencia– son una guía para el presente. Allí donde estas virtudes se practican, la convivencia se transforma en un regalo y la humanidad se convierte en buena noticia sin necesidad de heroicidades.


























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