viernes, 12 de enero de 2024

EVANGELIO DEL VIERNES 11 DE ENERO. SEMANA 1 DEL TIEMPO ORDINARIO


EVANGELIO
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.» Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: «Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?» Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados ... » Entonces le dijo al paralítico: «Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.» Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual.»
Marcos   2, 1-12

COMENTARIO

Para Jesús, como judío que es, la enfermedad es consecuencia del pecado. Es decir: si estás enfermo es porque algo has hecho mal en la vida y sufres sus consecuencias. 

Ya se que para nosotros esa mentalidad está superada, pero es que Jesús vivió hace dos mil y pico de años y pensaba y sentía y amaba como cualquier persona de su tiempo. 

De ahí la necesidad de descodificar contextualmente el evangelio. Y por supuesto nosotros, hijos de nuestra cultura, ya no vamos a confesarnos si estamos constipados.

Por eso, lo que resulta escandaloso en el texto es precisamente el atrevimiento de Jesús a la hora de perdonar los pecados. Porque curar, sí que podía curar, como tantos otros curanderos y taumaturgos de la época, pero perdonar, sólo podía hacerlo dios (según la institucionalidad judía). 


Y cuando Jesús dice “te perdono”, en el fondo, según su cultura está diciendo, “te curo de tu parálisis”, porque subsanada la causa (el pecado), se solucionaba su efecto (la enfermedad).

En cualquier caso lo más chocante del texto son los “lenguajes paralelos” o los discursos paralelos que hacen que Jesús y dirigentes no puedan entenderse y estén permanentemente condenados al conflicto.


Mientras que Jesús está hablando de salvar, de cuidar, de dar sentido, de incluir, de alabar de …., los dirigentes judíos hablando de que “blasfema”, de que “quién se ha creído que es”, de quién es el que tiene autoridad… 

¡Qué triste! Ni aún estando por en medio la salud (salvación-curación-felicidad) de una persona, la institucionalidad judía es capaz de siquiera “enternecer” su mirada. Para ellos no hay más que ley, ley y ley; dogmática, dogmática y dogmática judía. 


Hoy es un buen día para analizar qué leguajes paralelos tenemos en nuestra tarea evangelizadora en nuestra Iglesia. 


Cuáles son las cosas que nos obsesionan impidiéndonos ver las dificultades reales de las personas; cuáles son nuestras preocupaciones, no sea que no coincidan con las necesidad de esperanza que hay a nuestro alrededor.

Y todo esto con un pequeño matiz: los mundos paralelos nos hacen crecer a lo ancho, pero no a lo alto. Es decir, podemos llegar a “coparlo” todo, pero... sin sentido alguno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión.