domingo, 17 de octubre de 2021

EVANGELIO DEL DOMINGO 17 DE OCTUBRE. SEMANA 29 DEL TIEMPO ORDINARIO


EVANGELIO
En aquel tiempo, se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron: «Lo somos.»
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo; está ya reservado.»
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

Marcos 10, 32-45

COMENTARIO

En respuesta a las sanas aspiraciones de Santiago y Juan, Jesús les advierte de que no es la vida eterna o la gloria lo que está en juego. Para Jesús, lo decisivo es el cáliz que cada día hay que beber, el devenir cotidiano, la vida real de cada día, el encaje de la historia cotidiana ..... 

 

Cuando traemos el evangelio al hoy de nuestra vida, la pregunta que hemos de hacernos no es si somos amos o servidores. Es fácil imaginar la respuesta de cada cual: ¡servidores, por supuesto!

 

La pregunta más bien es: ¿desde dónde quieres ver la vida? En el esquema de Santiago y Juan, ambos, junto a Jesús, pretenden estar en el centro. Esa es su colocación: el centro.

 

En el centro se observa sin riesgos y se juzga con sana ironía. El centro puede conllevar tanto un pasito hacia la derecha o hacia la izquierda, según convenga, sin necesidad de grandes pérdidas. El centro es ese lugar de compromiso al que llegamos cuando discutimos, olvidando que muchos ya han quedado por el camino y han sido descartados, precisamente... por intentar llegar al centro.

 

El centro es poder en su versión más vil: la manipulación.

 

Pero la consigna de Jesús para su Iglesia no es de centro; más bien, es de extremos

Nada de ser jefes (αρχειν) ni grandes (μεγαλοι), "no tiene que ser así entre vosotros". "El más grande (μεγας), sea vuestro servidor (διακονος); el primero (πρωτος), sea esclavo (δουλος)".

 

Es asombrosa la estructura extrema del lenguaje: grande-servidor, primero-esclavo. Contrasta, sin duda, con nuestro noble ejercicio diplomático del lenguaje que no ocas veces hacemos, precisamente, para estar en el centro.

 

Esta es la pregunta: en esta conflictiva sociedad y en esta Iglesia alterada ¿done estoy yo colocado?

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El Santoral de Genestal en El Espejo de COPE:


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