LA PALABRA
“Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a Mí? ...Jamás»
Jesús añadió: pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros.”
(Juan 13, 1-15)
LA EXPERIENCIA
Unos cuantos años más tarde, nuestra mesa vuelve a ser "mesa discutida", para que se aclaren los corazones.
Para unos, mesa de servicio y comunión: "yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies”. Para otros, mesa de violencia y contradicción: "no me lavarás los pies jamás".
Somos lo que somos: menos que nuestros anhelos, pero más que nuestras miserias.
LA CELEBRACIÓN
Este Jueves Santo, cuando recibas esta hoja, estarás a punto de sentarte a la mesa:
1. Antes de comenzar a comer, contempla el Pan, contempla toda la comida. Sí, fruto de tu trabajo, pero también de quien sembró el trigo y lo transformó en harina y lo puso a tu alcance. Ese pan refleja la historia callada de muchas personas. No es tuyo, es “de todos”.
2. Come hoy el Pan con calma. Estar en la Mesa de cada día, sin voracidad, es una manera de dar gracias y de hacer Acción de Gracias: Eucaristía.
LA PLEGARIA
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