miércoles, 22 de enero de 2020

EVANGELIO DEL MIÉRCOLES 22 DE ENERO. SEMANA 2ª DEL TIEMPO ORDINARIO


EVANGELIO

En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.» Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?» Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.» Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

Marcos 3, 1-6
COMENTARIO

El Evangelio de hoy, no sólo fue una salida de "sentido común" (que lo fue) por parte de Jesús. Una mente sensata normal, hoy haría lo mismo. Pero hay que ir un poco más allá.

Esta frase central del texto -«¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?» Se quedaron callados-, manifiesta el estado de insensatez y deshumanización al que pueden llegar las instituciones religiosas cuando poco a poco se van vaciando de humanidad.

Ya sabemos que en sábado, un judío no podía hacer lo que Jesús hace con el hombre enfermo. Otros años lo hemos comentado.  Así lo mandaba la ley sagrada de los judíos (que debía ser muy canónica pero poco divina)

Por eso, en este pequeño y revelador texto, Jesús desvela su auténtico proyecto vital y religioso. Él ha decidido refundar el judaísmo y actúa en varias direcciones.

En primer lugar, no huye del conflicto, entra donde se "cuecen" los mecanismos religiosos del momento: la sinagoga

En segundo lugar "se deja afectar" por la situación del hombre que padece la enfermedad y que, según las leyes judías está pidiendo algo que no puede demandar en ese momento y en ese lugar: un lugar sagrado y  en sábado

En tercer lugar, "desafía" al sistema ideológico y moral judío: la Ley; porque Jesús no realiza esa curación "por lástima", sino  "en justicia y razón". 

En cuarto lugar, "actúa y sana", más allá del juicio que le va a caer encima y sin importarle las consecuencias personales de esa decisión. 

Y en quinto lugar asume su condición de profeta "atípico" y "contrastante" que partir de ese momento va a tener que soportar: "En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él".

Es un texto genial para revisar personalmente, en el hoy de nuestra vida, cómo nos situamos ante los conflictos sociales o los conflictos eclesiales.

No vale sólo con el combate intelectual (estar de acuerdo con algo no y discutirlo); se trata de ponerse en el lugar del sufriente o encargarse del problema detectado (solidariad desde el afecto); y también es necesaria la eficaz toma de postura en coherencia con lo que se piensa, o al menos el "gesto" comprometido y transformador.


Cuando uno lee estos textos, caemos en la cuenta de lo raquítica que puede llegara a ser una religión que no "toma cuerpo y proyecto vital" y se vuelve tan exquisita, formalmente hablando, como inhumana.



















































No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión.