martes, 23 de octubre de 2018

EVANGELIO DEL MARTES 23 DE OCTUBRE. SEMANA 29 DEL TIEMPO ORDINARIO


EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame.
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.
Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.

Lucas  12, 35-38
COMENTARIO

Estar atento, estar vigilante, estar con los ojos abiertos es garantía de dicha y de felicidad para Jesús. Hoy se lleva lo contrario desde el punto de vista antropológico; a más ignorancia, más aparente felicidad; a más des-compromiso, más placer; a más entretenimiento, más plenitud.

Pero la propuesta cristiana es una propuesta de ojos abiertos. De ahí que el evangelio de hoy llame a la continua atención, a la continua vigilancia y a la permanente espera.  

La opción cristiana es “no perderse nada”, porque todo es portador de posibilidades en la vida. No perderse nada, por otra parte, nos hace también personas lúcidas; y la lucidez, es un buen antídoto frente a aquellas situaciones en las que "el regalo del oído" te adormece gratamente.

De hecho, el origen de la palabra “vigilar” o “vigilancia” la vincula con la palabra “vigor”. Es decir, se trata de estar “vigorosos” con pasión, con fuerza, con estilo, con actitud, con responsabilidad crítica ante la vida.



El mensaje de la semana, en video, aquí podéis verlo.  









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