lunes, 13 de agosto de 2018

PARROQUIAS DE ALCADOZO Y LIÉTOR. EVANGELIO DEL 13 DE AGOSTO, SEMANA 19 DEL TIEMPO ORDINARIO.


En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo Jesús: «Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día.» Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?»
Contestó: «Sí.»
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?»
Contestó: «A los extraños.»
Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.»

Mateo  17,  22-27



COMENTARIO

Hace unos dias me enteré (en ámbitos próximos a la religiosidad popular) de que existía una especie de pez que se llama "San Pedro" (en la imagen que acompaña al comentario de hoy podéis contemplarlo.) 


Los "puntos negros" que caracterizan a esa especie, parecen estar provocados por el impacto de los dedos de San Pedro, el apóstol, cuando intentó sacar una moneda de su boca para pagar el impuesto por orden de Jesús. 


Desde entonces, debe ser que todos los descendientes de ese pez ya nacieron con esa marca. Fantástica interpretación  de ese relato bíblico. Eso sí, es tan fantástica como legendaria. 

 

Es verdad lo del “impuesto del templo”. Para más aclaraciones pulsad aquí. Las autoridades judías tenían estipulada la cantidad de dos dracmas para el mantenimiento del templo. 

 

El diálogo entre Jesús y Pedro denota la conciencia que tiene Jesús de sí mismo. Jesús es “de Dios”, e igual que un rey nunca cobraría impuestos a sus hijos, Jesús, el que es Hijo por excelencia, no tendrían porque pagar impuestos al templo, propiedad de su padre Dios. 

 

Jesús no se considera súbdito con obligación a pagar impuestos. Jesús es hijo libre. Pertenece a Dios directamente. 

 

Cuando traemos el texto al hoy de nuestra vida parece revelar una "tensión" de la que tampoco estamos nosotros exentos. Se trata de una tensión entre libertad y prudencia. 

 

En ocasiones uno siente la exigencia ética de decir ¡basta... por esto ya no puedo pasar!, pero luego te viene la dimensión prudente de la vida que te invita a la calma, a contemporizar con la situación a dar un rodeo y a "tragar" (… “sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti")

 

No es fácil identificar los momentos en los que te toca ser inflexible y los momentos que requieren de mesura, prudencia y proporcionalidad. 

 

Uno tiene la sensación de que Jesús era perfecto en todo: provocaba a su tiempo, calmaba en el momento adecuado, y contemporizaba convenientemente.


El pago del impuesto quizás responda a la necesidad que Jesús tuvo de "contemporizarse" si no quería estar permanentemente reñido con su entorno.


El "enfrentamiento" no es una buena herramienta evangelizadora. Pagar el impuesto podría ser una "estrategia". para pasar como "uno de tantos" para poder seguir anunciando lo verdaderamente lo interesante: el reino De Dios. 

 

En cualquier caso, lo sorprendente de esta actitud vital suya, es que tal personalidad "prudente" no le hizo triunfar ni "guardar" su vida, porque al final acabo tal y como preveía  ("…al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán").

 

 




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