martes, 10 de abril de 2018

DESCODIFICANDO EL CAPÍTULO 20 DE SAN JUAN (2)

En esta segunda entrega podrás observar el código del que te hablo. Toda la fuerza del relato gravita sobre el verbo "VER". Como vemos al final del texto que te propongo hoy, lo que en castellano es traducido siempre por "ver", en griego, lengua original del evangelio de Juan, se utilizan cuatro verbos distintos. Lee detenidamente. Como podrás observar el código del que te hablo no es un código misterioso, sino simplemente el lenguaje y las palabras utilizadas. Mañana más.

1. El texto con el código:

La resurrección

1 El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio (βλεπει) quitada la piedra del sepulcro. 

2 Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. 

3 Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. 

4 Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. 

5 Y bajándose a mirar, vio (βλεπει)  los lienzos puestos allí, pero no entró. 

6 Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio (θεωρει) los lienzos puestos allí, 

7 y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. 

8 Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio (ειδεν), y creyó. 

9 Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos. 

10 Y volvieron los discípulos a los suyos.

Jesús se aparece a María Magdalena

11 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; 

12 y vio (θεωρει)  a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. 
13 Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. 

14 Cuando había dicho esto, se volvió, y vio (θεωρει)  a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. 

15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 

16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). 

17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. 


18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto (εωρακεν) al Señor, y que él le había dicho estas cosas.

Jesús se aparece a los discípulos

19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 

20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo (ιδοντες) al Señor. 

21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 

22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 

23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos

Incredulidad de Tomás

24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 

25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto (εωρακαμεν ). Él les dijo: Si no viere (ιδω )  en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 

27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 

28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 

29 Jesús le dijo: Porque me has visto (εωρακας ) , Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron (ιδοντες ), y creyeron.

El propósito del libro

30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 

31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

2. Ponemos la lupa: personas y lo que ven.

La resurrección

1 María Magdalena vio (βλεπει) quitada la piedra

3 Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. 

4 Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. 

5 el otro discípulo, vio (βλεπει)  los lienzos

6 Simón Pedro vio (θεωρει) los lienzos puestos allí, 

8 el otro discípulo vio (ειδεν), y creyó. 

Jesús se aparece a María Magdalena

11 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; 

12 María Magdalena vio (θεωρει)  a dos ángeles

14 Cuando había dicho esto, se volvió, y vio (θεωρει)  a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. 

18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto (εωρακεν) al Señor, y que él le había dicho estas cosas.

Jesús se aparece a los discípulos

19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 

20 los discípulos se regocijaron viendo (ιδοντες) al Señor. 

Incredulidad de Tomás

24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 

25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto (εωρακαμεν ). Él les dijo: Si no viere (ιδω )  en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 

27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 

28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 

29 Jesús le dijo: Porque me has visto (εωρακας ) , Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron (ιδοντες ), y creyeron.


3. Verbos empleados:

Como podéis observar, lo que en castellano es traducido indistintamente por ver, en griego son utilizados cuatro verbos distintos, veámoslo:

βλεπω (blepo): βλεπει

θεωρεω (zeoreo): θεωρει

ειδω (eido): ειδεν, ιδοντες, ιδω

οραω (orao): εωρακεν, εωρακαμεν, εωρακας










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