martes, 12 de julio de 2016

MARTES DE LA XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. EL EVANGELIO DEL 12 DE JULIO


EVANGELIO
En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.»
Mateo  11, 20-24

COMENTARIO
Disculpad la digresión del comienzo, pero llevo dándole vueltas todo el día y hasta esta hora no me he podido sentar a escribir. Resulta que el otro día me enteré por casualidad de que existe un juego de azar llamado “superonce” que toca si no aciertas. Sí, como lo oyen. No me lo creía, y en mi intento por ser riguroso he comprobado la página de premios de la entidad que realiza el sorteo y efectivamente, si no entiendo mal la tabla de premios, en tal juego si no tienes ningún acierto tienes premio. La razón digo yo que será porque en este juego es más probable que aciertes al menos uno que ninguno, con lo cual se “premia” el no acierto por ser más difícil y por tanto más rentable para la entidad. Asombroso! Hasta aquí la digresión.

Me imagino a mi amigo Tomás pensando por dónde voy a salir hoy y qué relación tiene esto con el evangelio. Bueno… pues no se si tiene mucha, pero después de leer el evangelio de hoy, además de algunas consideraciones un poquito irreverentes sobre el “tacto” de Jesús a la hora de abroncar, me viene a la cabeza que, en ocasiones, “no dar fruto” quizás sea una buena situación para plantearte de “raíz” el “sinfuste” de la vida. 

En el “superonce” no acertar tiene premio; en el Evangelio de hoy la cerrazón , la insensibilidad y la esterilidad de Corozain, Betsaida y Cafarnaum, con la consecuente bronca de Jesús, quizás movilizara de tal modo a aquellas gentes que aunque sólo fuera  por no volver a oler el azufre de Sodoma, se lo pensaron y se “pusieran las pilas” un poquito. No dar ni pizca de fruto, no acertar ni uno, quizás les salvara en aquella ocasión; en tal caso, la actitud iracunda de Jesús, además de justificada, sería pedagógicamente comprensible.

Cuando traemos el texto al hoy de nuestra vida, quizás nos haga caer en la cuenta de que lo peor que nos puede pasar a las personas es la mediocridad. La palabra mediocre tiene una sugerente etimología; viene a significar “el que se queda a medio subir (una montaña)” y ni para adelante ni para atrás. 

La mediocridad como expresión del postureo del “puedo pero no quiero” es estéril. En ocasiones te moviliza más el sentir que no has dado ningún fruto, y que por tato estás tocando fondo y tienes que espabilar, que instalarte en esa dulce mediocridad del “medio gas”.


PD: Ya sé que el “tono” de Jesús tiene que ver con el carácter redaccional del texto, no atribuible al propio Jesús por tanto, y que expresa la tensa situación de las primitivas comunidades cristianas con los judíos. Pero estamos en julio, con calor, y Palabras como las de hoy, si no es expuesta con un poco de mordiente,  te deshidrata..

Un comentario, un poquito más técnico (no mucho porque también era pleno mes de julio) podéis  verlo en el del año pasado:










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