jueves, 23 de junio de 2016

JUEVES DE LA XII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. EL EVANGELIO DEL 23 DE JUNIO

EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: “Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?” Yo entonces les declararé: “Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.” El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.

Mateo  7, 21-29

COMENTARIO

¿Y quién no ha hecho alguna vez castillos en la arena?. Es maravilloso ver cómo de pronto eres capaz de hacer una construcción  por ti solo, con cierta facilidad e incluso con unas pretensiones estéticas nada despreciables. El texto de hoy creo que provoca más por lo que sugiere que por lo que dice. Lo que dice es irrefutable, lo que sugiere es preocupante. Vayamos por partes.

Roca o arena es al fin  y al cabo la consecuencia de vivir tu fe con honradez o no. Escuchar y no cumplir es “casa sobre arena”; escuchar y cumplir es “casa sobre roca”. Al final, más allá de nuestros rezos y “postureos” espirituales y clericales (en mi caso) todo se reduce a una especie de “coherencia” (en algunos casos casi interna) entre tus convicciones y tus “prácticas”. Digo “internas” porque lo bueno de las “edificaciones” sobre arena es que dan muy bien el “pego”. Evidentemente acaban derrumbándose, pero mientras dura…

Sostiene Jose Antonio Marina que el hecho de que "Dios se hiciera bueno fue un gran progreso". O dicho con otras palabras, un cristianismo preñado de actitudes éticas (cumplir en la práctica lo que creemos) es ya un excelente cristianismo.

No hemos de olvidar que el dios judío fue "guerrero" en ocasiones, "vengativo" en otros casos y "caprichoso" de vez en cuando. Pero el Dios de Jesús da la sensación de que erradica esas "actitudes menores" de dios y se queda con la "honradez" que ha de haber entre las "palabras" y los "hechos".

Lo hemos dicho ya en otra ocasión: el cristianismo es más que una ética, pro ojalá fuera, por lo menos, una ética.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión.