jueves, 5 de mayo de 2016

JUEVES DE LA VI SEMANA DE PASCUA. EL EVANGELIO DEL 5 DE MAYO.


EVANGELIO

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver.» Comentaron entonces algunos discípulos: - «¿Qué significa eso de "dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver", y eso de "me voy con el Padre"?» Y se preguntaban: - «¿Qué significa ese "poco";? No entendemos lo que dice.» Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: - «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: "Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver"? Pues sí, os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.»
Juan   16 , 16-20


COMENTARIO

Estos textos, en ocasiones sumamente críticos, no tienen más intención que revelar como el proceso por el que aquella primitiva comunidad fue haciéndose a la idea de que el testimonio era tan importante como el testigo, no fue fácil.

Efectivamente, habiendo desaparecido el fundador del cristianismo, y dando por hecho la impronta, el aire y el “Espíritu” que había grabado a fuego en los suyos, el proceso por el que los “herederos” de esa memoria se hacen cargo del mensaje no fue fácil.

No fue un simple traspaso de responsabilidades, ni la firma de un documento. Imagino que eso de que “el discípulo no es más que su maestro”, debió sonarles a peligro. Por tanto pasar del testigo al testimonio fue duro.

Un cierto sentimiento de “orfandad espiritual” tendrían siempre, de ahí lo de “me veréis” y “no me veréis”. Pero igualmente parece claro que triunfó la sensibilidad de aquellos que quisieron intentarlo. Por eso “vuestra tristeza se convertirá en alegría”.

Más o menos lo que nos pasa hoy. En muchos casos preferiríamos más que una religión una superstición, puesto que en la superstición lo importante es el “mago” que hace lo que yo le pido. En la religión, en la fe, lo que cuenta es el testimonio, es decir, o lo hago yo y actuó yo en la memoria de quien prendió en mi corazón, o no “hay nada que hacer”. Por eso decíamos ayer lo que decíamos…. al final se trata de vivir.


Elijamos, o religiosos…o supersticiosos. Difícil elección en tiempos de novenas.

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