“Todo lo espera,
todo lo soporta”
Todo lo espera
116. Panta elpízei: no desespera del futuro. Conectado con la palabra
anterior, indica la espera
de quien sabe que el otro puede cambiar. Siempre espera que sea posible
una maduración, un sorpresivo brote de belleza, que las potencialidades más ocultas de su ser germinen
algún día.
No
significa que todo vaya a cambiar en esta vida. Implica aceptar que
algunas cosas no sucedan como uno desea, sino que quizás Dios escriba derecho
con las líneas torcidas de una persona y saque algún bien de los males que ella
no logre superar en esta tierra.
Todo lo soporta
118. Panta
hypoménei significa que sobrelleva con espíritu positivo todas las
contrariedades. Es mantenerse firme en medio de un ambiente hostil. No consiste sólo en tolerar
algunas cosas molestas, sino en algo más amplio: una resistencia dinámica y constante, capaz de superar
cualquier desafío. Es amor a pesar de todo, aun cuando todo el contexto
invite a otra cosa.
Manifiesta una
cuota de heroísmo tozudo, de potencia en contra de toda corriente negativa, una
opción por el bien que nada puede derribar.
Esto me recuerda aquellas palabras de Martin Luther King, cuando volvía a
optar por el amor fraterno aun en medio de las peores persecuciones y
humillaciones: « La
persona que más te odia, tiene algo bueno en él; incluso la nación que
más odia, tiene algo bue no en ella; incluso la raza que más odia, tiene algo
bueno en ella. Y cuando llegas al punto en que miras el rostro de cada hombre y ves muy dentro de él lo
que la religión llama la “imagen de Dios”, comienzas a amarlo “a pesar de”. No importa lo que
haga, ves la imagen de Dios allí. Hay un elemento de bondad del que nunca
puedes deshacerte [...] Otra
manera para amar a tu enemigo es esta: cuando se presenta la oportunidad para
que derrotes a tu enemigo, ese es el momento en que debes decidir no hacerlo
[...] Cuando te elevas al
nivel del amor, de su gran belleza y poder, lo único que buscas derrotar es los
sistemas malignos. A las personas atrapadas en ese sistema, las amas,
pero tratas de derrotar ese sistema [...] Odio por odio sólo intensifica la
existencia del odio y del mal en el universo. Si yo te golpeo y tú me golpeas,
y te devuelvo el golpe y tú me lo devuelves, y así sucesivamente, es evidente
que se llega hasta el infinito. Simplemente nunca termina. En algún lugar,
alguien debe tener un poco de sentido, y esa es la persona fuerte. La persona fuerte es la persona
que puede romper la cadena del odio, la cadena del mal [...] Alguien debe tener suficiente
religión y moral para cortarla e inyectar dentro de la propia estructura del
universo ese elemento fuerte y poderoso del amor ».
119. En
la vida familiar hace falta cultivar esa fuerza del amor, que permite
luchar contra el mal que la amenaza. El amor no se deja dominar por el rencor, el desprecio hacia las
personas, el deseo de lastimar o de cobrarse algo. El ideal cristiano, y
de modo particular en la familia, es amor a pesar de todo.
A veces me admira,
por ejemplo, la actitud de personas que han debido separarse de su cónyuge para
protegerse de la violencia física y,
sin embargo, por la caridad conyugal que sabe ir más allá de los sentimientos, han sido capaces de procurar su
bien, aunque sea a
través de otros, en momentos de enfermedad, de sufrimiento o de
dificultad. Eso también es
amor a pesar de todo.
(Exhortación Apostólica “La Alegría del Amor”
Amoris Laetitia, 111-115)
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