viernes, 15 de abril de 2016

AMORIS LAETITIA (4)


«Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de oportunidades de futuro.

…muchos jóvenes «a menudo son llevados a posponer la boda por problemas de tipo económico, laboral o de estudio. A veces, por otras razones, como la influencia de las ideologías que desvalorizan el matrimonio y la familia.

Las crisis matrimoniales frecuentemente « se afrontan de un modo superficial y sin la valentía de la paciencia, del diálogo sincero, del perdón recíproco, de la reconciliación y también del sacrificio.

Asimismo, el descenso demográfico, …. no sólo determina una situación en la que el su- cederse de las generaciones ya no está asegurado, sino que se corre el riesgo de que con el tiempo lleve a un empobrecimiento económico y a una pérdida de esperanza en el futuro.

…Es verdad que la conciencia recta de los esposos, cuando han sido muy generosos en la comunicación de la vida, puede orientarlos a la decisión de limitar el número de hijos por motivos suficientemente serios…

El debilitamiento de la fe y de la práctica religiosa en algunas sociedades afecta a las familias y las deja más solas con sus dificultades…
El Estado tiene la responsabilidad de crear las condiciones legislativas y laborales para garantizar el futuro de los jóvenes y ayudarlos a realizar su proyecto de formar una familia ».

La falta de una vivienda digna o adecuada suele llevar a postergar la formalización de una relación.

Una familia y un hogar son dos cosas que se reclaman mutuamente. Este ejemplo muestra que tenemos que insistir en los derechos de la familia, y no sólo en los derechos individuales.

Las familias tienen, entre otros derechos, el de «poder contar con una adecua- da política familiar por parte de las autoridades públicas en el terreno jurídico, económico, social y fiscal».

El actual sistema económico produce diversas formas de exclusión social. Las familias sufren en particular los problemas relativos al trabajo.

 Las migraciones « representan otro signo de los tiempos que hay que afrontar y compren- der con toda la carga de consecuencias sobre la vida familiar»

La movilidad humana, que corresponde al movimiento histórico natural de los pueblos, puede revelarse una auténtica riqueza, tanto para la familia que emigra como para el país que la acoge
El acompañamiento de los migrantes exige una pastoral específica, dirigida tanto a las familias que emigran como a los miembros de los núcleos familiares que permanecen en los lugares de origen.

familias de las personas con discapacidad, …Merecen una gran admiración las familias que aceptan con amor la difícil prueba de un niño discapacitado. Ellas dan a la Iglesia y a la sociedad un valioso testimonio de fidelidad al don de la vida.

La mayoría de las familias respeta a los ancianos, los rodea de cariño y los considera una bendición … Valorar la fase conclusiva de la vida es todavía más necesario hoy, porque en la sociedad actual se trata de cancelar de todos los modos posibles el momento del tránsito

Quiero destacar la situación de las familias sumidas en la miseria, castigadas de tantas maneras, donde los límites de la vida se viven de forma lacerante.

A partir de las reflexiones sinodales no queda un estereotipo de la familia ideal, sino un interpelante « collage » formado por tantas realidades diferentes, colmadas de gozos, dramas y sueños … No caigamos en la trampa de desgastarnos en lamentos autodefensivos, en lugar de despertar una creatividad misionera.



(Exhortación Apostólica “La Alegría del Amor”  
Amoris Laetitia, 40-57)

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