«Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que
empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de
oportunidades de futuro.
…muchos jóvenes «a menudo son llevados a posponer la boda
por problemas de tipo económico, laboral o de estudio. A veces, por otras
razones, como la influencia de las ideologías que desvalorizan el matrimonio y
la familia.
Las crisis matrimoniales
frecuentemente « se afrontan de un modo superficial y sin la valentía de la
paciencia, del diálogo sincero, del perdón recíproco, de la reconciliación y
también del sacrificio.
Asimismo, el descenso demográfico, …. no sólo determina
una situación en la que el su- cederse de las generaciones ya no está
asegurado, sino que se corre el riesgo de que con el tiempo lleve a un
empobrecimiento económico y a una pérdida de esperanza en el futuro.
…Es verdad que la conciencia recta de los esposos, cuando han sido muy generosos en la
comunicación de la vida, puede orientarlos a la decisión de limitar el número
de hijos por motivos suficientemente serios…
El debilitamiento
de la fe y de la práctica religiosa en algunas sociedades afecta a las familias y
las deja más solas con sus dificultades…
El Estado tiene la
responsabilidad de crear las condiciones legislativas y laborales para
garantizar el futuro de los jóvenes y ayudarlos a realizar su proyecto de formar
una familia ».
La falta de una
vivienda digna o adecuada suele llevar a postergar la formalización de una
relación.
Una familia y un hogar son dos cosas que se reclaman
mutuamente. Este ejemplo muestra que tenemos que insistir en los derechos de la familia, y no
sólo en los derechos individuales.
Las familias
tienen, entre otros derechos, el de «poder contar con una adecua- da política
familiar por parte de las autoridades públicas en el terreno
jurídico, económico, social y fiscal».
El actual sistema
económico produce diversas formas de exclusión social.
Las familias sufren en particular los problemas relativos al trabajo.
Las
migraciones « representan otro signo de los tiempos que hay que afrontar y
compren- der con toda la carga de consecuencias sobre la vida familiar»
La movilidad
humana, que corresponde al movimiento histórico natural de los
pueblos, puede revelarse una
auténtica riqueza, tanto para la familia que emigra como para el país que la acoge
El acompañamiento de los migrantes exige una pastoral específica,
dirigida tanto a las familias que emigran como a los miembros de los núcleos familiares que
permanecen en los lugares de origen.
… familias de las personas
con discapacidad, …Merecen
una gran admiración las familias que aceptan con amor la difícil prueba de un
niño discapacitado. Ellas dan a la Iglesia y a la sociedad un valioso
testimonio de fidelidad al don de la vida.
La mayoría de las familias respeta a los ancianos, los
rodea de cariño y los considera una bendición … Valorar la fase conclusiva de la vida es todavía más
necesario hoy, porque en la sociedad actual se trata de cancelar de todos los
modos posibles el momento del tránsito
Quiero destacar la situación de las familias sumidas en
la miseria, castigadas de tantas maneras, donde los límites de la vida se viven
de forma lacerante.
A partir de las
reflexiones sinodales no queda un estereotipo de la familia ideal, sino un
interpelante « collage » formado por tantas realidades diferentes, colmadas
de gozos, dramas y sueños … No caigamos en la trampa de desgastarnos en
lamentos autodefensivos, en lugar de despertar una creatividad misionera.
(Exhortación Apostólica “La Alegría del Amor”
Amoris Laetitia, 40-57)
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