...El cambio antropológico-cultural hoy influye en todos los
aspectos de la vida y requiere un enfoque analítico y diversificado »
…«hay
que considerar el creciente peligro que representa un individualismo exasperado que desvirtúa los vínculos
familiares y acaba por considerar a cada componente de la familia como una
isla, haciendo que prevalezca, en ciertos casos, la idea de un sujeto que se
construye según sus propios deseos asumidos con carácter absoluto».
…Quisiera
agregar el ritmo de vida
actual, el estrés, la organización social y laboral, porque son factores
culturales que ponen en
riesgo la posibilidad de opciones permanentes ….Se teme la soledad, se desea un espacio de
protección y de fidelidad, pero
al mismo tiempo crece el
temor a ser atrapado por una relación que pueda postergar el logro de las
aspiraciones personales.
…Es
verdad que no tiene
sentido quedar- nos en una denuncia retórica de los males actuales, como
si con eso pudiéramos cambiar algo. Tampoco sirve pretender imponer normas por la fuerza de la autoridad.
Nos cabe un esfuerzo más responsable y generoso, que consiste en pre- sentar
las razones y las motivaciones para optar por el matrimonio y la familia.
Al
mismo tiempo tenemos que
ser humildes y realistas, para reconocer que a veces nuestro modo de presentar las convicciones
cristianas, y la
forma de tratar a las personas, han ayudado a provocar lo que hoy lamentamos, por
lo cual nos corresponde una saludable reacción de autocrítica.
…hemos presentado un ideal
teológico del matrimonio demasiado abstracto, casi artificiosa- mente
construido, lejano de la situación concreta y de las posibilidades efectivas de
las familias rea- les. Esta
idealización excesiva, sobre todo cuando no hemos despertado la
confianza en la gracia, no
ha hecho que el matrimonio sea más deseable y atractivo, sino todo lo
contrario.
También
nos cuesta dejar espacio a
la conciencia de los fieles, que muchas veces responden lo mejor posible al Evangelio en
medio de sus límites y pueden desarrollar su propio discernimiento ante
situaciones donde se rompen todos los es- quemas. Estamos llamados a formar las conciencias, pero no
a pretender sustituirlas.
…Muchas
veces hemos actuado a la
defensiva, y gastamos las energías pastorales redoblando el ataque al mundo
decadente, con poca capacidad proactiva para mostrar caminos de
felicidad. Muchos no
sienten que el
mensaje de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia haya sido un claro reflejo de la
predicación y de las actitudes de Jesús que, al mismo tiempo que pro-
ponía un ideal exigente,
nunca perdía la cercanía
compasiva con los frágiles
…Esto
no significa dejar de advertir la de- cadencia cultural que no promueve el amor y la entrega…Se
traslada a las relaciones afectivas lo que sucede con los objetos y el medio
ambiente: todo es descartable, cada uno usa y tira, gasta y rompe, aprovecha y
estruja mientras sirva. Después, ¡adiós!
(Exhortación Apostólica “La Alegría del Amor”
Amoris Laetitia, 30-40)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu opinión.