lunes, 7 de marzo de 2016

HISTORIAS PARA DESPERTAR


Un maestro de obras llevaba mucho tiempo trabajando en una importante empresa de construcción. Un día recibió la orden de construir una finca de recreo, un chalet modélico y original. Lo podría construir haciendo el proyecto totalmente a su gusto y no tenía que preocuparse para nada de lo que pudiera costar. La empresa estaría de acuerdo con todo lo que él hiciese, tanto con respecto al estilo del chalet como al precio. Las obras empezaron enseguida. Pero en aquella ocasión el maestro de obras se quiso aprovechar de la confianza que habían depositado en él, no sólo por esta vez, sino por todo el tiempo que llevaba trabajando en la empresa; es por eso por lo que pensó en utilizar materiales de baja calidad y en contratar trabajadores poco cualificados con un salario más bajo. De esta manera él se podría embolsar el dinero que sobrara. De todas formas no le importaba demasiado, porque tampoco sabía para quien era el chalet que estaba construyendo. 
Cuando se terminó la construcción del chalet se hizo una gran comida para celebrarlo, y tras la comida el maestro de obras entregó las llaves de la nueva casa al presidente de la empresa constructora. Para su sorpresa, el presidente le devolvió las llaves y le dijo: “El chalet es suyo. Es nuestro regalo, el regalo que le hace esta empresa, como señal de cariño y de reconocimiento a su trabajo en ella”. 


Con el trabajo de cada día, con el que vamos haciendo con constancia y con dedicación, estamos construyendo el edificio de nuestra vida... Miremos de hacerlo bien, no sea que después no haya remedio para algunas cosas que hemos construido mal...

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