lunes, 22 de febrero de 2016

PERSPECTIVAS DE CUARESMA


Los clavos del Hijo arrancados de la cruz y sostenidos sobre su mano derecha, revelan cuán hiriente es el dolor ajeno por no poder hacerlo propio. A María le hieren sus propias heridas, pero más aún las del hijo, cuando asiste impotente a su dolor.



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