viernes, 26 de febrero de 2016

HISTORIAS PARA "DESPERTAR"


Un día un rey convocó a todos los adivinos y magos de su reino y les anunció: “Querría ser siempre un buen ejemplo para toda la gente de mi reino. Querría presentarme siempre ante ellos como una persona fuerte, segura, serena y tranquila ante las dificultades y los cambios que da la vida. A veces me pongo triste, me quedo sin ilusión ante una mala noticia o una dificultad. Otras veces, cualquier cosa buena imprevista, me pone en un estado de alegría excesivo. Todo esto no me gusta; me siento como una hoja que el viento lleva hacia donde quiere. Quiero que me hagáis un amuleto mágico, algo con la que esté protegido de estos estados de ánimo y de estos repentinos cambios de humor, que me llevan, como si nada, de la alegría a la tristeza”. Pero los magos, uno detrás de otro, se echaron atrás: sabían hacer amuletos, anillos y colgantes mágicos, pero para personas que venían a pedir ayuda y que fácilmente podían engañar; pero de ninguna manera podrían llegar a engañar el rey. Y, además, lo que pedía no era nada fácil. El rey ya estaba a punto de estallar, lleno ira, cuando se le acercó un viejo sabio que le dijo: “No sufráis, majestad. Mañana os traeré el anillo que estáis buscando. Cada vez que lo miréis, si estáis triste os pondréis alegre, y si estáis nervioso, os podréis calmar. Sólo tendréis que mirar la frase mágica que el anillo llevará grabada”. Al día siguiente, el viejo sabio volvió, y, en medio de un silencio general, puesto que todo el mundo tenía curiosidad por saber cuál era la frase mágica, dio el anillo al rey. Este lo miró y leyó la frase que había grabada, y que decía: “TODO ESTO TAMBIÉN PASARÁ”. 


Que no nos falten nunca la ilusión, las ganas de vivir y de hacer las cosas con entusiasmo. Y si tenemos un mal momento, por la razón que sea, será bueno que pensemos, como aquel sabio le aconsejó al rey, que esto también pasará, que no durará siempre. Esto nos puede ayudar a mantener viva la esperanza.

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