EVANGELIO
Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?» Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.» Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»
Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?» Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.» Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»
Marcos 2, 23-28
COMENTARIO
Esto es lo bueno del Evangelio de Marcos…
que disimula muy poco. Llama la atención que Mateo y Lucas también cuentan este
episodio pero la frase final la eliminan… o la censuran, como más guste. Marcos
tiene una frescura que probablemente empezó muy pronto a perder la Iglesia. Por
otra parte es comprensible; casi diría que es una máxima vital: sé políticamente correcto y permanecerás.
Lo cierto es que Marcos pronunció la frase:
“el sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”. Sabemos el
contexto: los judíos divinizaron el espacio y el tiempo, idolatrándolos ( el
Templo y el Sábado). Eran tan de Dios que el ser humano debía dejar su
humanidad cuando accedía a ambos lugares. Pero Jesús, parece darse cuenta de
que así no se puede vivir humanamente.
La solución de Jesús fue clara: si no
puedes con el enemigo, alíate con él. Por eso habló del “Templo de su cuerpo”
(el cuerpo –la persona- como nuevo espacio sagrado), y de que el “Sábado está
hecho pare hombre” (la persona, por tanto es concebido como un instante de la
eternidad de Dios).
Y este genial Marcos, religiosamente
temerario, abrió la caja de Pandora. Porque, a mi juicio, colocó al ser humano
y su dignidad, en el centro del cristianismo. En nuestra religión, lo único
sagrado es el ser humano. Todo lo demás es absolutamente secundario y relativo
a la dignidad del hombre y de la mujer.
Por eso, “la economía está hecha para el
ser humano y no el ser humano para la economía” –que tomen nota los políticos;
la institución matrimonial está hecha para el hombre y para la mujer y no el
hombre y la mujer para la institución matrimonial –que tome nota la iglesia -; la
Misa está hecha para el pueblo de Dios y no el pueblo de Dios para la Misa –que
tome nota dios (con minúscula).
Y así podíamos seguir y seguir. Pero me
paro aquí, desde enero he decidido ser más breve. Buen día.
PD: Desde aquí puedes acceder al comentario de otros años en relación con el evangelio de hoy.
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