Un grupo de trabajadores
estaba apilando serrín en el almacén de una fábrica de hielo, cuando uno de
ellos advirtió que se le había caído el reloj de su muñeca. Inmediatamente, sus
compañeros interrumpieron el trabajo para buscarlo. Acabaron tomando la búsqueda
como una diversión, lanzándose Al serrín unos a otros y armando una polvareda
con el serrín que antes habían amontonado. Pero no dieron con el reloj.
Entonces, decidieron dejarlo y se fueron a tomar un café.
Un joven, que había estado
observando toda la faena, entró en el almacén y, al poco rato, se presentó ante
el grupo con el reloj en su mano.
- ¿Dónde estaba?,-le
preguntaron.
- ¿Dónde?, pues en el almacén,
-les dijo el joven.
- No puede ser, -dijeron
ellos-; lo hemos buscado por todas partes. ¿Cómo lo has hecho?
- Me he puesto a ello en
silencio completo hasta que he oído el suave tic-tac del reloj y lo he sacado
de donde estaba enterrado bajo el serrín.
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