jueves, 8 de octubre de 2015

JUEVES DE LA SEMANA XXVII. EL EVANGELIO DEL 8 DE OCTUBRE


EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos: «Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: "Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle." Y, desde dentro, el otro le responde: "No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos." Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»

Lucas  11, 5-13
COMENTARIO


Cuando leo el evangelio y me toca “interpretarlo” es
un error pensar que lo que vamos a hacer es dar “la única y definitiva interpretación”. A lo sumo, colocamos el “toro en suerte”, para que el “oyente de la palabra” entienda, sienta, piense…lo que su cabeza y su corazón le sugiera.

En textos como el de hoy, y dado que toca fibras “tan sensibles” de la experiencia de fe de muchas personas, especialmente me recuerdo este consejo.  Si tuviera que resumir en una frase el mensaje de este evangelio en el tiempo en el que Jesús la pronunció, la frase sería la siguiente: “No dudes nunca de que Dios está de tu parte”.

…Porque no siempre entendió el judaísmo eso. Hay una especie de “línea editorial” del judaísmo antiguo que venía a defender lo que torpemente ha sostenido (y en ocasiones “burramente” sostienen aún) alguna mentes eclesiales. Me refiero al hecho de que no sería ajeno al “sentir” de dios “ponerte a prueba” a ver hasta donde resistes.

Tradicionalmente la iglesia decía que existía una “ira medicinal de dios”; es decir, dios se enfada “metódicamente” contigo para que tu te des cuenta de algo y espabiles. Pensar así y seguir creyendo, a mi juicio, es una heroicidad. Yo no podría. Esto de que dios te “pone pruebas” a ver si las pasas…. Válgame el Señor.

Es decir, yo no podría pensar que dios me ofrece “una serpiente o un escorpión” para que me entrene en el “manejo” del mal, eso sí, a sabiendas de que al final me encontraré con una pescado o un huevo.

Jesús aniquila esa manera de pensar. El Dios que anuncia Jesús, no puede ser así, porque un dios así es además de im-presentable, muy… muy… muy… caprichoso.

Por tanto, el “pedid y se os dará”, el “buscad y hallaréis”, el “llamad y se os abrirá” es una “manera de decir” que “Dios está de nuestra parte” porque realmente no puede “estar en otra parte”. ¿Cómo si no entender que, al estilo de María como leíamos en el Evangelio de ayer en la fiesta de la Virgen del Rosario, estamos “llenos de gracia”?


Y así, este texto de hoy, ni de lejos nos invita al “cansineo orante” ni a una especie de práctica de “mendicidad espiritual organizada”; se trata, más bien, de sentirte cada mañana (disculpad el lenguaje tan familiar) como si Dios “te pusiera en la vida” "habiéndotelo dado todo", para tú “darlo todo” y para “darte todo”, porque hay mucha gente que ese día te pedirá, te buscará y te llamará.



PD: Otro comentario sobre este evangelio un "poquito más técnico" y en la versión de Mateo, puedes encontrarlo aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión.