miércoles, 21 de octubre de 2015

MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXIX. EL EVANGELIO DEL 19 DE OCTUBRE


EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Pedro le preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
El Señor le respondió: «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»

Lucas 12, 39-48
COMENTARIO
Hoy la "lógica del mercado" lo ocupa todo; el valor de las cosas viene determinado por el hecho de ser "vendibles" o "demandables". No hay juicio de valor por mi parte en esta posición vital; se trata simplemente de una manera de organizar la vida.

Los clásicos en la materia dicen que hay dos tipos de religiones: las religiones de salvación y las religiones de fraternidad. El objetivo de las primeras es buscar el equilibrio y la felicidad personal; el objetivo de las segundas es intentar un orden social justo.

El cristianismo, en su origen, como religión histórica que es, se configuró como religión de fraternidad, de ahí la imoportancia de lo comunitario. El creyente cristiano tiene una ineludible responsabilidad histórica ("al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá). 

Pero las religiones de fraternidad son "estresantes", porque el orden social justo parece que nunca llega ("...pero si el empleado piensa: Mi amo tarda en llegar"). En estos casos, y ante el estrés, lo vendible es una religión de salvación ( "y empieza a comer y beber y emborracharse...").

No todas las religiones son iguales, pero todas están en el mercado, y de alguna forma todas son defendibles, dependiendo de los proyectos de vida.

Da la sensación de que el cristianismo, si no quiere perder su identidad más allá de las necesarias "puestas al día", tiene que ser fiel a la intuición de su fundador (¿"cuando te vimos enfermo, o en la cárcel,  o hambriento, o sediento....? cada vez que lo hicisteis con uno de estos... conmigo lo hicisteis. -Mateo 25-).

Cada uno de nosotros deberemos discernir cuál es la religión que despierta nuestro interés. El drama religioso de nuestro tiempo creo que no es ni la increencia ni el ateísmo, sino el despiste religioso, o lo que es lo mismo, la búsqueda inadecuada del producto deseado.


¡Pongámonos las pilas consumidores y expendedores, no sea que el "consumo alocado" eche por tierra la materia prima: (¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre...?)



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