domingo, 30 de agosto de 2015

SÓLO 1 MINUTO, DOMINGO

LA HERENCIA

Un discípulo se acercó a su Maestro y le dijo:

“Maestro, yo soy un hombre rico y acabo de heredar una gran fortuna. ¿Cómo debo emplearla para que redunde en mi provecho espiritual?”.
Le dijo el Maestro:

“Vuelve dentro de una semana y te daré una respuesta”.

Transcurrida la semana, regresó el discípulo, y el Maestro, suspirando, le dijo:

“La verdad es que no sé que decirte. Si te digo que des el dinero a tus parientes y amigos, no obtendrás ningún bien espiritual. Si te dijo que lo entregues al templo, sólo conseguirás alimentar la avaricia de los sacerdotes. Y si te digo que se lo des a los pobres, te enorgullecerás de tu caridad y caerás en el pecado de la soberbia”.

Pero, como al discípulo le urgía una respuesta, el Maestro acabó diciendo:


“Está bien; da el dinero a los pobres. AL menos ellos se beneficiarán, aunque tú no lo hagas”.

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