PRIMERA LECTURA
Moisés dijo estas palabras a los israelitas: «He cumplido ya ciento veinte años, y me encuentro impedido; además, el Señor me ha dicho: "No pasarás ese Jordán." El Señor, tu Dios, pasará delante de ti. Él destruirá delante de ti esos pueblos, para que te apoderes de ellos. Josué pasará delante de ti, como ha dicho el Señor. El Señor los tratará como a los reyes amorreos Sijón y Og, y como a sus tierras, que arrasó. Cuando el Señor os los entregue, haréis con ellos lo que yo os he ordenado. ¡Sed fuertes y valientes, no temáis, no os acobardéis ante ellos!, que el Señor, tu Dios, avanza a tu lado, no te dejará ni te abandonará.»
Después Moisés llamó a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: «Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor, tu Dios, prometió dar a tus padres; y tú les repartirás la heredad. El Señor avanzará ante ti. Él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te acobardes.»
Después Moisés llamó a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: «Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor, tu Dios, prometió dar a tus padres; y tú les repartirás la heredad. El Señor avanzará ante ti. Él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te acobardes.»
Deuteronomio 31, 1-8
Si no estuviéramos en verano
el texto de la primera lectura de hoy podría venirnos bien para que, en torno a
un café, dialogáramos sobre las barbaridades que hay en la Biblia y
aprendiéramos a comprender el cómo y el por qué de estas experiencias religiosas. El texto de hoy es un texto
“bárbaro” e increíble, de los que yo creo que una lectura sensata de la
Escritura debería prescindir como “lectura de fe” aunque no como “lectura
cultural”.
Digo esto porque yo no podría
creer en un dios así. Yo no puedo creer en un dios que dice semejante
afirmación a Moisés: “El Señor, tu
Dios, pasará delante de ti. Él destruirá delante de ti esos pueblos, para que
te apoderes de ellos”. ¿Acaso cabe creer en un dios que
destruye a un pueblo para que su ”pueblo elegido” ocupe su tierra? Tremendo. Lo
que pasa es que este es el sentimiento que tuvo Israel de su dios. Los pobres
no “veían” más allá y nos lo contaron así. En el "haber" del pueblo judío habría que decir que nos introdujeron en una experiencia "vitalicia" e "histórica" de la religión, aunque, a juicio nuestro, torpemente expresada.
Ciertamente
en la vida “no hay que temer ni acobardarse”, pero esos valores no hay
que emplearlos “contra otros” sino “a favor de los otros”. Y esa actitud no
supieron verla algunos grupos judíos tal y como nos cuenta la Escritura de hoy.
Aunque
hemos madurado un poquito, todavía, en ocasiones, nos quedan noticias de ese
“dios tremendo” que viene a decir “quítate tu que voy yo”. Cuántas veces no
hemos conocido a alguien que ha ido a poner unas velas al santo de turno para
que un familiar o un conocido aprobara una oposición; y como su nombre indica
en una “oposición” uno se opone a otro, es decir, “ayúdale dios mío a que se
ponga este y no aquel”.
En el
fondo cuando codificamos y expresamos así nuestra fe, con la mejor intención
del mundo, volvemos a un dios que “elige” a unos y “desprecia” a otros. Creo
que es intolerable dar la más mínima cobertura aun dios así.
Jesús ya
evolucionó contundentemente en esta “imagen” de Dios. El evangelio de hoy es
buena prueba de ello. Si hay que elegir a alguien “elijamos al más pequeño” oal “que está perdido”, pero sin quitar a nadie de en medio. Como dijo aquel:
“aquí cabemos todos o no cabe ni dios”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu opinión.