PRIMERA LECTURA
Esta confianza con Dios la tenemos por Cristo. No es que por nosotros mismos estemos capacitados para apuntarnos algo, como realización nuestra; nuestra capacidad nos viene de Dios, que nos ha capacitado para ser ministros de una alianza nueva: no de código escrito, sino de espíritu; porque la ley escrita mata, el Espíritu da vida. Aquel ministerio de muerte –letras grabadas en piedra– se inauguró con gloria; tanto que los israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés, por el resplandor de su rostro, caduco y todo como era. Pues con cuánta mayor razón el ministerio del Espíritu resplandecerá de gloria. Si el ministerio de la condena se hizo con resplandor, cuánto más resplandecerá el ministerio del perdón. El resplandor aquel ya no es resplandor, eclipsado por esta gloria incomparable. Si lo caduco tuvo su resplandor, figuraos cuál será el de lo permanente.
1Cor 3, 4-11
Dentro de poco tiempo hará un año del comienzo del envío por whatsapp del comentario del Evangelio. Ya lo llevábamos haciendo, más informalmente, desde el 2012 por correo electrónico.
Una vez dada una "vuelta casi completa" al año litúrgico, la verdad es que no sé si se me ocurrirá algo distinto. Si el verano se presenta tranquilo (que no sé yo) quizás comente a diario la primera lectura que leemos cada día en misa y que como sabéis, a veces es del Antiguo Testamento, y otras veces del Nuevo, generalmente de las cartas de San Pablo. Como dice el refrán: si no quieres caldo...
El texto de la Carta a los Corintios que leemos esta semana es muy provocador. San Pablo, el hombre, a su modo, es muy provocador.
La Ley Judía, significada especialmente en aquellas dos Tablas de Piedra que el arte ha colocado en manos de Moisés era, por establecer una comparación, como nuestros sagrarios de ahora. Era el mayor signo de la presencia y la compañía de Dios a su pueblo.
Pues fijaos la provocación de San Pablo. De esa Ley él dice que es "letra que mata" frente al "Espíritu que da vida". Por si fuera poco añade: "Aquel ministerio de muerte –letras grabadas en piedra– se inauguró con gloria...", y concluye "con cuánta mayor razón el ministerio del Espíritu resplandecerá de gloria".
Es decir, no cabe duda de que San Pablo hizo una "revisión de la historia judía", donde se encuentra anclada nuestra religión cristiana, sin ningún tipo de complejos, aunque hubiera que "sacrificar" lo más sagrado que tenía el pueblo judío, dado que todo lo que está sujeto a la complejidad de la historia tiene fecha de caducidad.
Si nos atrevemos a traer el texto al hoy de nuestra vida, más allá de lo in-pertinenente que en ocasiones resulta San Pablo, ¿cuántas tradiciones y mentalidades de tipo religioso cristiano-católico no deberían "caducar" ya, para que resplandezca el rostro del Espíritu".
Atrévete a hacer una lista.
Una vez dada una "vuelta casi completa" al año litúrgico, la verdad es que no sé si se me ocurrirá algo distinto. Si el verano se presenta tranquilo (que no sé yo) quizás comente a diario la primera lectura que leemos cada día en misa y que como sabéis, a veces es del Antiguo Testamento, y otras veces del Nuevo, generalmente de las cartas de San Pablo. Como dice el refrán: si no quieres caldo...
El texto de la Carta a los Corintios que leemos esta semana es muy provocador. San Pablo, el hombre, a su modo, es muy provocador.
La Ley Judía, significada especialmente en aquellas dos Tablas de Piedra que el arte ha colocado en manos de Moisés era, por establecer una comparación, como nuestros sagrarios de ahora. Era el mayor signo de la presencia y la compañía de Dios a su pueblo.
Pues fijaos la provocación de San Pablo. De esa Ley él dice que es "letra que mata" frente al "Espíritu que da vida". Por si fuera poco añade: "Aquel ministerio de muerte –letras grabadas en piedra– se inauguró con gloria...", y concluye "con cuánta mayor razón el ministerio del Espíritu resplandecerá de gloria".
Es decir, no cabe duda de que San Pablo hizo una "revisión de la historia judía", donde se encuentra anclada nuestra religión cristiana, sin ningún tipo de complejos, aunque hubiera que "sacrificar" lo más sagrado que tenía el pueblo judío, dado que todo lo que está sujeto a la complejidad de la historia tiene fecha de caducidad.
Si nos atrevemos a traer el texto al hoy de nuestra vida, más allá de lo in-pertinenente que en ocasiones resulta San Pablo, ¿cuántas tradiciones y mentalidades de tipo religioso cristiano-católico no deberían "caducar" ya, para que resplandezca el rostro del Espíritu".
Atrévete a hacer una lista.
Arturo Pérez Reverte califica la Biblia como "ese monumento de papel", "el mayor bestseller de la Historia", "que inspiró a los más grandes filósofos y artistas"...es decir, materia imprescindible para saber lo que somos, uno de los pilares sobre los cuales se sustenta nuestra cultura, Porque , efectivamente él habla de cultura nada más (y nada menos).
ResponderEliminarLuego llegamos "la peña practicante" y la leemos con los ojos de la búsqueda y dotándola de ese otro valor revelador y religioso....Se dice que un libro es tanto más rico cuantos más significados e interpretaciones es capaz de evocar..así que no me puedo creer que a un "intérprete" como tú no se le" vaya a ocurrir algo distinto". No es posible. El guión está lleno de matices que solo los buenos "actores " saben descubrir.