San Nicolás, San Erasmo, San Eugenio y San Guido
Destacamos a:
San Nicolás
Las historias tradicionales
sobre diversos peregrinos santos llamados Nicolás son muy poco dignas de
confianza, y puede decirse que casi todo lo que relatan sobre la vida del
personaje es una fábula.
Lo único cierto es que, a
comienzos del siglo XI, un joven griego llamado Nicolás, de espíritu simple y
corazón piadoso, llegó a las costas de Italia. Al encontrarse solo y
desamparado en tierra extraña, no sabía qué hacer y, después de pasar algún
tiempo en Otranto, se dedicó a vagar de un lado para el otro, por toda la
región de Apulia, hasta que cayó enfermo y murió en Trani.
Cubierto únicamente con una
túnica que no le llegaba más abajo de las rodillas, andaba por todas partes y
gritaba ante cualquiera con toda la fuerza de su voz: «¡Kyrie eleison!», mientras
levantaba una cruz en su mano derecha.
En una alforja guardaba
siempre manzanas y golosinas que gustaba de repartir entre los niños que en
todo momento le rodeaban para corear su canto. A menudo fue maltratado como
vagabundo o como un loco, pero después de su muerte llegó a ser muy venerado a
causa de los milagros que, según se dice, se obraron por su intercesión. Con
fundamento en las curaciones realizadas en su sepultura, fue canonizado por el
Papa Urbano II.
Raro ejemplo de santidad, la verdad. Hablando de "golosinas " y dulzuras, ya lo decía Moliere :
“Hay que instruir a la juventud riendo, reprender sus defectos con dulzura y no atemorizarla con el nombre de la virtud”
“Hay que instruir a la juventud riendo, reprender sus defectos con dulzura y no atemorizarla con el nombre de la virtud”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu opinión.