En un estanque
crecía un gran loto. Un paseante que pasaba por su lado, y que nunca había
visto una flor como esa, se detuvo a admirarla. Se dio cuenta entonces de que
en el agua vivía una rana, justo debajo del loto.
- "¿Cuál es
esa flor maravillosa que está encima de ti?", le preguntó a la rana.
Ésta le contestó:
- "No tiene
nada de particular, es una flor vulgar. Cuando esté mustia, iré a buscar
otra"
Decepcionado, el
paseante vio a una abeja que se dirigía velozmente hacia el loto. Intentó
detenerla para preguntarle, pero la abeja le contestó:
- "Ahora no
tengo tiempo. Espera un poco"
Habiendo hablado
así, la abeja se posó justo en el corazón del loto en flor, libando lentamente
su néctar. Al cabo de bastante rato, se dirigió al hombre y le dijo:
- "Ahora
puedes hablarme"
Éste repitió su
pregunta, y añadió:
- "Dime, ¿qué
has hecho encima de la flor tanto tiempo?"
- "¿No lo sabes?", preguntó alegremente la abeja. "Es un
loto lleno de delicioso néctar que he libado; ahora mi ser está
transformado"
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