En los altos
Himalayas, existe una variedad de ciervo que es conocido como almizclero,
porque emana un delicioso aroma dulce y penetrante que se llama almizcle que
puede ser percibido a muchos metros a su alrededor.
Se cuenta en la
antigua tradición oral de la sabiduría Himalaya, que un ciervo que habitaba las
altas tierras se hizo adulto y comenzó a darse cuenta de la existencia de un
delicioso aroma que invadía el ambiente por donde caminaba.
Impresionado por tan
misterioso aroma se preguntó ¿De donde vendrá tan deliciosa fragancia?.
Entonces con la inquietud de poder conocer el origen de tan exquisito perfume,
se puso a buscar incansablemente por todas partes. Olía y olía ese perfume tan
dulce y penetrante, pero por mucho que buscaba, no encontraba la fuente de
donde este se originaba.
Descubrir de donde
brotaba ese delicioso aroma, se volvió para el ciervo una verdadera obsesión,
era como ir detrás de la armonía de una flauta mágica a cuyas notas no se podía
resistir. Día y noche perseguía esa dulce fragancia, buscándola de bosque en
bosque y en todo tipo de parajes, en praderas, llanos y montañas, se hallaba
realmente desesperado, no quería ni siquiera comer, ni beber ni dormir ya de
tanta obsesión, solo tenia fija la idea de ir detrás de esa irresistible
fragancia.
Así transcurrieron
los años y el ciervo seguía obsesionado con la búsqueda del perfume. ¿De donde
vendrá tan deliciosa fragancia? seguía preguntándose todos los días. Recorrió
grandes distancias, por montañas y riscos peligros y no conseguía descifrar el
misterio. Y así en esa búsqueda interminable se iba consumiendo su vida.
Cierta vez que estaba
en una alta montaña, creyó que en un peligroso risco podía encontrarse la
fuente del perfume, entonces se arriesgo a ir hasta allí, a pesar de lo
peligroso del terreno, pero de pronto resbaló y cayó desde lo alto, golpeándose
contra las rocas y quedando mortalmente herido.
Sus heridas eran dolorosas y profundas y ya cuando
estaba agonizando en el suelo, el ciervo se lamió el pecho sangrante, y en ese
mismo momento se dio cuenta de algo increíble y maravilloso, descubrió que el
perfume, ese delicioso aroma cuya búsqueda le había obsesionado toda la vida,
estaba precisamente allí en su propio corazón, ahora sabía que ese delicioso
aroma que había percibido y buscado en todos los años de su existencia, siempre
estuvo dentro de sí mismo. Entristecido el ciervo agonizante sonrió, aspiró
profundamente el aroma de su propio corazón, pero ya era demasiado tarde.
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