Un joven discípulo llega
corriendo muy molesto y preocupado a la casa de su maestro.
- Oye maestro, hoy me contaron
que alguien que dice ser amigo tuyo, ha estado hablando a tus espaldas muy mal
de ti en delante de mucha gente, me parece que eso no está bien, yo creo que
deberías....
¿Espera un poco, no te apresures!
– le interrumpe el maestro- Dime joven discípulo, lo que vas a contarme, ya has
hecho que pase por las tres puertas?
- ¿Cómo por las tres puertas
maestro, no entiendo, a que te estas refiriendo?
- Mira la primera puerta es la
verdad. ¡Estas seguro de que lo que quieres contarme, es absolutamente cierto?
- No, no tengo toda la certeza
maestro, pues me lo contó un vecino.
- ¿Y la has hecho pasar por la
segunda puerta?
- No, no sé cual es la segunda
puerta maestro. - La segunda puerta es la de la bondad. Dime, eso que quieres
contarme, ¿es en verdad bueno para alguien?.
- No, no creo que sea bueno, al
contrario, me parece muy malo...
- Ah vaya. Y dime ha pasado por
la tercera puerta.
- No lo se, por favor dime cual
es esa puerta.
- La ultima puerta es la
necesidad. Dime joven discípulo, ¿crees que aquello que
te ha traído aquí tan inquieto y
molesto, es en verdad necesario?.
- No maestro, en verdad, no creo
que sea necesario.
- Entonces – le dijo el maestro
sonriendo- si no es verdadero, si no es bueno, y si
no es tampoco necesario, entonces es mejor que lo olvidemos para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu opinión.