Un académico experto
en educación, daba una conferencia sobre las ultimas tendencias de la Pedagogía
crítica y liberadora, a la cual había sido invitado un viejo maestro al que se
respetaba por su sabiduría, pero que algunos jóvenes académicos cuestionaban,
diciendo que los tiempos habían cambiado y que ahora se requería de
capacitación en nuevas tendencias pedagógicas y que ya muy poco servían para
enseñar hoy, en estos tiempos modernos, sus cuentos y metáforas.
El experto dijo con
cierta arrogancia
-Hoy las nuevas tendencias pedagógicas recomiendan, que desde
que son muy pequeños, debe dejarse a los niños aprender en total libertad, pues
es recomendable que desde muy temprana edad tengan espacios de libertad e
independencia, para que así piensen y actúen por sí mismos y puedan tomar sus
propias decisiones, sin que nosotros tengamos que intervenir en absoluto, pues
solo así los niños podrán desarrollar al máximo todo su potencial y su
subjetividad.
Después de terminar su
conferencia y ser ovacionado por los asistentes, el experto, se acerco al
maestro para saber su opinión.
- Que le ha parecido
maestro la conferencia –le preguntó- he procurado enseñar lo último de lo
último en educación, que opina de dejar a los niños en plena libertad.
- Es muy, muy
interesante –respondió con humildad el maestro- pero quisiera que me permitas
invitarte a visitar el jardín de mi casa que está aquí cerca.
- Claro será un honor
para mi maestro –dijo el experto. - Pasa, mira este es mi jardín –dijo el
maestro. Al verlo, el experto dijo todo enojado. - Pero como puede llamar a
esto una jardín, esto es un basural, es solo un patio
lleno de maleza, de
basura, de malas hierbas, esto no tiene nada que ver con un jardín, ¿acaso se
está burlando de mí?.
- No hijo, -dijo
sonriendo el maestro- solo quería que veas esto para ver si aprendes algo. Este
era un bello jardín lleno de hermosas rosas y flores de todas las especies y
colores. Pero este año decidí seguir las nuevas tendencias de la total libertad
y dejé que las plantas de mi jardín tengan la libertad de crecer a sus anchas,
como ellas quisieran, sin atenderlas en lo más mínimo; y mira esto es lo que he
logrado.
- Mi jardín era bello, -continuo el maestro- pero
solo cuando me dedicaba a cuidar mis plantas con amor y con respeto, cuando les
hablaba, les cantaba y les regaba todos los días, y no por ello les oprimía,
sino que con amor les daba espacios de libertad para seguir creciendo y
desarrollando su propio potencial; eso es lo que hizo posible un bello y
hermoso jardín; sin amor, sin ternura y sin cuidado, en lugar de un hermoso
jardín, lo único que puedes conseguir es un basural lleno de malas hierbas como
el que está frente a tus ojos.
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